Eventos En El Siglo XX

A comienzos de la primera década del siglo XX, especialmente después de 1910, las exportaciones de banano superaron las de mineral. Sin embargo, según las afirmaciones del historiador Darío Euraque, el Estado no logró establecer una fuente de ingresos a través de impuestos ni de las pocas empresas que se dedicaban a la explotación mineral, ni tampoco de aquellas que obtenían considerables ganancias.

 

Terencio Sierra asumió la presidencia de Honduras a finales del siglo XIX, sucediendo a Policarpo Bonilla en 1899. Durante su mandato, se produjo uno de los eventos más significativos en la historia económica y política del país. "Los hermanos Vaccaro, una familia de origen italiano dedicada al comercio de banano en Nueva Orleans, obtuvieron concesiones de tierras en la Costa Norte... La empresa de los Vaccaro, al igual que otros concesionarios en la Costa Norte posteriormente, aprovechó los privilegios de las concesiones para exportar banano desde La Ceiba.

Historia honduras 10

 

Después de finalizar su mandato presidencial, Sierra intentó prolongar su permanencia en el poder, pero fue derrocado por el general Manuel Bonilla. Este líder demostró ser un aliado más cercano a las compañías bananeras que Terencio Sierra. Durante su administración, estas empresas obtuvieron exenciones de impuestos y permisos para la construcción de muelles y carreteras. También recibieron concesiones para la creación de canales artificiales destinados al transporte del banano y para canalizar los ríos Salado y El Porvenir. Además, se otorgaron permisos para la construcción del nuevo ferrocarril.

La Importancia del Banano en Honduras

Desde 1866, se evidencia la presencia de algunas plantaciones de bananos en Honduras, incluyendo las Islas de la Bahía en la región insular atlántica del país. Hasta ese momento, la producción estaba en manos de pequeños propietarios hondureños y estadounidenses, mientras que la comercialización y exportación del producto eran llevadas a cabo por compañías extranjeras establecidas en los puertos. A medida que la producción se expandió, llegó a representar el 23% de las exportaciones totales del país en 1988.

En 1894, cuatro buques bananeros arribaban mensualmente a Honduras, transportando 1,431,403 racimos de bananos. Diez años después, esta cifra se había incrementado a 4,302,703 racimos. En 1899, la empresa compradora de frutas Vacaro Bross. & Co., fundada por inmigrantes italianos residentes en Nueva Orleans, inició la siembra a gran escala en tierras cercanas al puerto de La Ceiba.

En 1902, William Streich arrendó al estado hondureño 5,000 hectáreas por un periodo de 25 años en Cuyamel, cerca de la frontera con Guatemala, para dedicarlas al cultivo de banano. Aunque la United Fruit Company, la empresa que se convertiría en sinónimo del comercio bananero a gran escala, construyó una extensa red ferroviaria, esta solo conectaba sus plantaciones con los diferentes puertos, manteniendo incomunicado el interior del país.

El cultivo a gran escala del banano tuvo un impacto social significativo, dando lugar a dos tipos de migraciones: una interna, que desplazó a miles de hondureños desde sus lugares de origen en el interior hacia el norte del territorio; y otra externa, que atrajo al país a cientos de trabajadores negros antillanos, especialmente de Jamaica, contratados por las empresas fruteras como mano de obra temporal.

La Huelga Bananera de 1954

Los inicios del movimiento social en Honduras se remontan a la década de 1920, cuando en las minas y plantaciones bananeras surgió un proletariado, es decir, una fuerza laboral que dependía exclusivamente de los salarios que percibía. Fue en este contexto donde se gestaron movimientos de protesta social, huelgas, paros y agitación política. Este período culminó con el lanzamiento de una candidatura obrero-campesina en 1931, liderada por Manuel Cálix Herrera, figura destacada del Partido Comunista.

Hacia 1935, más de 17,000 trabajadores estaban empleados en las plantaciones bananeras, y a finales de la década de 1940, esta cifra se duplicó, alcanzando a poco más de 38,000 empleados. En el año clave de 1954, una combinación de factores internos y externos detonó la acumulación de reclamos largamente postergados. El aumento del costo de vida no se reflejaba en los salarios.

A partir del 3 de mayo de 1954, una serie de huelgas se desató no solo en las plantaciones bananeras, sino también en la mina El Mochito, propiedad de la Rosario Mining, así como en las fábricas de San Pedro Sula, La Ceiba y Tegucigalpa. Durante 69 días, el país vivió el movimiento social más importante de su historia, en el que trabajadores agrícolas, mineros, obreros de manufactura y la mayoría de los hondureños que apoyaban la huelga escribieron páginas inolvidables en el destino del país.

Estos movimientos tuvieron diversas consecuencias:

  • Consecuencias sociales: Aumento del desempleo entre los trabajadores, con aproximadamente el 40% de los bananeros siendo despedidos, dando lugar a la creación de un nuevo movimiento social.
  • Consecuencias económicas: Pérdidas en la producción de las empresas bananeras por un valor estimado de 15 millones de dólares. Además, se calculó que los salarios no devengados por los obreros ascendieron a 2 millones de dólares, y el Estado dejó de percibir alrededor de un millón de dólares en ingresos fiscales.
  • Consecuencias jurídicas e ideológicas: Después de 1954, los sindicatos fueron legalizados y su funcionamiento regulado. Se estableció el Ministerio de Trabajo y en 1959 se emitió el Código de Trabajo.

La guerra del 69 entre Honduras y El Salvador 

La Guerra del Fútbol, que tuvo lugar del 14 al 18 de julio de 1969, obtuvo su nombre debido a la coincidencia temporal con un partido de fútbol que enfrentó a las selecciones de El Salvador y Honduras el 26 de junio de 1969, como parte de las eliminatorias para la Copa Mundial de Fútbol de 1970. La denominación "Guerra del Fútbol" fue acuñada por el reportero polaco Ryszard Kapuściński.

En los meses previos a este conflicto, surgió un escuadrón clandestino hondureño conocido como la "Mancha Brava", cuyo propósito era aterrorizar a más de 300,000 salvadoreños que se habían establecido en Honduras durante la década de 1960 para trabajar en plantaciones bananeras y emprender negocios. Estas formaciones paramilitares llevaron a cabo acciones violentas, incluyendo asesinatos y detenciones de salvadoreños en la zona fronteriza, exacerbando aún más las tensiones entre ambos países.

La Guerra del Fútbol fue la última confrontación de la historia donde se utilizaron aeronaves de pistón y hélice. Ambos bandos contaban con material de origen estadounidense que había sido empleado al final de la Segunda Guerra Mundial.

Se enfrentaron dos de las mejores aeronaves de este tipo: los F4U Corsair de la Fuerza Aérea Hondureña y los P-51 Mustang de la Fuerza Aérea Salvadoreña. Ambos lados incluso utilizaron aviones C-47 Skytrain como bombarderos improvisados, con la Fuerza Aérea Salvadoreña bombardeando el Aeropuerto Internacional Toncontin en Honduras, y Honduras atacando el Aeropuerto de Ilopango.

En 1980, bajo la mediación del peruano José Bustamante y Rivero, se firmó un tratado de paz que comprometió a ambos contendientes a negociar puntos conflictivos, incluyendo la zona fronteriza terrestre y marítima. El último incidente registrado entre Honduras y El Salvador ocurrió el 16 de mayo de 2014, cuando la fuerza naval salvadoreña disparó contra pescadores hondureños, resultando en la muerte de uno y dejando gravemente herido a otro.

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Kilo tapias peralta Escobar

Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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