Un lugar donde ocurre el intercambio de instrumentos financieros es conocido como mercado de valores. Los mercados de capitales son aquellos que están destinados a las transacciones financieras a largo plazo. No obstante, la distinción más importante entre los distintos mercados de valores radica en si se emiten instrumentos financieros (denominado mercado primario o de emisión) o si se negocian valores (conocido como mercado secundario o de negociación).
Introducción
En el mercado primario de financiamiento a largo plazo, los participantes económicos establecen comunicación con los ahorradores para adquirir recursos financieros a través de la emisión de instrumentos de inversión. Estos instrumentos deben contar con una fecha de vencimiento superior a tres años, y una proporción significativa de ellos son títulos con derechos de propiedad, los cuales no tienen una fecha límite de vencimiento establecida.
La función principal de los mercados secundarios es conectar a los ahorradores para llevar a cabo el intercambio de instrumentos financieros que ya poseen. De esta manera, se simplifica la compraventa de títulos existentes.
La bolsa de valores es un mercado secundario organizado que se considera el más conocido. Por lo general, existe una interrelación entre los mercados primarios y secundarios. Los mercados de emisión tienen gran éxito gracias al buen desempeño y amplitud de los mercados secundarios, que ofrecen una gran liquidez. En ocasiones, los mercados secundarios pueden incluso fungir como mercados primarios. En países donde la bolsa de valores está más avanzada, ésta cumple una gran parte de la función de los mercados primarios. Sin embargo, en países con menor tradición, los mercados primarios y secundarios se encuentran separados.
Formas del mercado primario para colocar activos
La compra de instrumentos financieros puede llevarse a cabo directamente a través del emisor de los mismos, o mediante intermediarios financieros. El primer caso sólo se produce si el emisor tiene garantizado el éxito en la colocación de sus activos. Cuando el emisor no está seguro de la demanda, se incurre en costes importantes de información. Para evitar esto, se acude a la intermediación financiera, que se divide en dos tipos de instituciones: los bancos de inversión o negocios, y las sociedades de valores y bolsa.
La relación entre el emisor de títulos y el intermediario puede tomar una de tres formas: aseguramiento o venta en firme, en la cual el intermediario (banco o sociedad) compra directamente los valores que la empresa desea colocar y asume el riesgo de quedarse con los títulos no vendidos; colocación, en la que el intermediario se compromete a difundir y colocar, en la medida de lo posible, la emisión de títulos de la empresa inversora, sin asumir riesgo alguno respecto a los posibles títulos no vendidos y cobrando una comisión por cada título vendido; y acuerdos de stand-by, en los cuales el intermediario intentará colocar el mayor número posible de títulos emitidos por la empresa inversora, pero, al finalizar la fase de colocación, el intermediario financiero se compromete a comprar los títulos que no haya podido colocar en el mercado, o una parte de ellos, generalmente a un precio especial inferior al precio de emisión de cada título.
En España, podemos encontrar tres tipos de mercados secundarios: la bolsa de valores, el mercado de deuda pública anotada en cuenta y otros mercados secundarios que se enfocan en opciones y futuros. El mercado de valores más relevante es la bolsa de valores, que cuenta con diferentes sistemas de contratación. Dentro del sistema centralizado, encontramos tres métodos de contratación alternativos: el primero es el conocido como "de viva voz" (en inglés, open-out cry), donde los oferentes se reúnen en lo que se conoce como "corros" para establecer el precio de venta máximo mediante una subasta pública.
Los oferentes y demandantes de títulos valores se organizan en grupos según las actividades y sectores a los que pertenecen los títulos. Cada grupo tiene una hora de reunión prefijada y las reuniones tienen una duración de 10 minutos. En España, por ejemplo, el sector de las comunicaciones se reúne a las 9:10, mientras que el de las eléctricas lo hace a las 9:25. Se celebra una sola reunión al día en cada grupo y durante este tiempo se fija el precio de venta y de compra, siendo el máximo posible el precio de venta y el mínimo posible el precio de compra.
En España se dividen en 24 círculos o grupos organizados, de los cuales cinco son para renta fija, quince para renta variable, tres para activos de corto plazo y uno para valores no cotizados o no admitidos a cotización. Para que una reunión sea válida, se deben cumplir ciertas condiciones: ningún operador puede ofertar un paquete de valores a precios más altos que los que ya se han realizado en el círculo; ningún operador puede demandar valores a precios más bajos que los que ya se han anunciado; en cada grupo existe un máximo y un mínimo, que representa la banda de fluctuación del precio del título valor.
Una vez determinadas las bandas, se procede a la negociación del precio y la cantidad en equilibrio, que se alcanza cuando la oferta se iguala a la demanda. En primer lugar se establece el precio, y luego se determina la cantidad que se comprará y venderá a ese precio. Si no se llega a un acuerdo en el precio, no se concretará la operación de compra-venta. Cuando la oferta supera la demanda, se habla de una posición de excedente de oferta o de papel. Por otro lado, si la demanda es mayor que la oferta, se dice que hay una posición de escasez de oferta o de dinero.
La venta de paquetes de títulos cerrados con precios ya establecidos por escrito se realiza mediante el método de subasta, el cual es utilizado principalmente en la Bolsa de París. Por otro lado, la contratación automatizada se basa en que el precio de intercambio no se determina en grupos o círculos, sino a través de ordenadores que emparejan las ofertas con las demandas. Esta modalidad se está implementando cada vez más en todas las bolsas del mundo, en especial después del llamado big-bang de la Bolsa de Londres de 1987, cuando se introdujo por primera vez esta forma de contratación.
El mercado descentralizado también conocido como mercado continuo o CATS (por sus siglas en inglés de Computer Assisted Trading System) es un sistema que conecta la bolsa con los mercados de valores internacionales de manera automatizada. Aunque tiene un volumen de contratación limitado y pocos valores internacionales participantes, una de sus ventajas es que los costes de información son bajos. En este mercado, las operaciones se realizan por lotes, que son bloques de acciones vendidas en conjunto. En España, si el precio de la acción es inferior a 1.000 pesetas, el lote mínimo es de cien acciones. En Latinoamérica, los métodos utilizados en los mercados de valores son similares a los descritos anteriormente.
Historia de la bolsa
Desde épocas antiguas han existido mercados en los que se negociaban valores. En la Atenas de la antigua Grecia, existía el "emporion" donde se comerciaban bienes y servicios. En la Roma imperial, los comerciantes se reunían en el "collegium mercatorum" a una hora fija. Los actuales mercados de valores tienen su origen en las ciudades comerciales italianas y holandesas del siglo XIII, donde se establecieron las primeras bolsas de comercio para negociar títulos de crédito.
El mercado de valores moderno tuvo sus inicios en la ciudad de Amberes, Holanda, en el año 1531. Con el pasar del tiempo, durante el siglo XVI, comenzaron a aparecer en diferentes ciudades de Europa, como Toulouse en 1549 y Londres en 1571. Posteriormente surgieron las bolsas de Amsterdam, Hamburgo y París. En Barcelona había un precedente que se remontaba al siglo XIII, mientras que la Bolsa de Madrid no se estableció hasta el siglo XVIII. Las bolsas de Buenos Aires, México y Venezuela, por su parte, surgieron a finales del siglo XIX.
La bolsa de valores es un mercado organizado en el cual se negocian acciones, bonos, opciones, futuros y otros tipos de valores emitidos por empresas o entidades gubernamentales. En la bolsa de valores, los inversores pueden comprar y vender valores con el objetivo de obtener ganancias mediante la fluctuación de los precios de los mismos.
La bolsa de valores se considera como un indicador económico clave, ya que refleja el desempeño de las empresas cotizantes y puede influir en el comportamiento de la economía en general. Además, la bolsa de valores proporciona una fuente importante de financiamiento para las empresas, ya que pueden emitir acciones o bonos para obtener capital y financiar su crecimiento.
En general, invertir en la bolsa de valores implica asumir ciertos riesgos, ya que los precios de los valores pueden fluctuar ampliamente en función de una serie de factores, como los cambios en la economía, la política y el comportamiento del mercado. Por lo tanto, es importante hacer una investigación cuidadosa antes de invertir en la bolsa de valores y tener una estrategia clara para administrar el riesgo.