Caballo – Historia, tipos y razas de Caballo
El caballo es una criatura que pertenece al linaje de los Équidos. Esta dinastía abarca tres clasificaciones de mamíferos silvestres: el primer conjunto consta de las cebras, originarias del continente africano; el segundo conjunto incluye a los burros, los cuales incorporan al burro salvaje africano, al kiang y al onagro, que tienen su hogar en Asia; y por último, el tercer conjunto se distingue por los caballos en sí.
Indice de Contenido
Introducción
Existe un par de variedades de corceles silvestres: el tarpán y el corcel de Przewalski; algunos estudiosos los identifican como dos especies separadas, en tanto que otros mantienen que solo hay una especie, el tarpán, y que el corcel de Przewalski sería una subespecie individual. El tarpán, nativo del territorio que se extiende desde el este europeo hasta Mongolia, se extinguió durante los primeros años del siglo XIX.
El corcel de Przewalski, el único tipo de caballo silvestre que persiste hoy en día, vivía en Mongolia y en ciertas regiones de China hasta el siglo pasado, momento en que se extinguió en su medio ambiente natural durante los años sesenta. A pesar de ello, un exitoso proyecto de crianza en cautiverio, implementado en Europa, posibilitó la restauración de su población.
En estos tiempos, hay aproximadamente 1.100 equinos que subsisten en zoológicos. Asimismo, en 1992, el corcel de Przewalski fue reintroducido en parques naturales de Mongolia, donde viven en la actualidad varios cientos de estos animales. En otros sitios del planeta, hay caballos que se les atribuye la categoría de salvajes, sin embargo, en realidad, son cimarrones que descienden de caballos domesticados que se han vuelto asilvestrados.
En lo concerniente a la taxonomía, los corceles son miembros de la familia de los Équidos, que se ubica en el orden de los Perisodáctilos. La identificación del tarpán es Equus caballus gmelini, mientras que el corcel de Przewalski se le asigna Equus przewalskii y el corcel doméstico se le conoce como Equus caballus.
Dentro de las variedades equinas más populares se destacan el caminador peruano, el azteca mexicano, el paso fino puertorriqueño que igualmente se produce en Colombia y Perú, el Falabella que se reconoce como el corcel de menor tamaño del planeta y, finalmente, el criollo rioplatense, resultado de un proceso de selección natural en la que sólo los más robustos lograron sobrevivir para convertirse en los tenaces compañeros de los gauchos.
Se puede rastrear la evolución del equino a través del estudio del registro paleontológico hasta llegar al Hyracotherium (conocido también como Eohippus), un pequeño cuadrúpedo herbívoro que habitó durante el periodo eoceno. El Hyracotherium tenía una estatura parecida a la de un zorro, poseía cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores, cada uno terminando en una uña.
En una etapa posterior, en el periodo mioceno, surgieron Hypohippus y Anchitherium, como sucesores de Mesohippus. Se especula que ambas especies emigraron posteriormente desde América del Norte hacia Eurasia. Además, entre los descendientes de Mesohippus, encontramos Miohippus y Merychippus. Este último género, gracias a sus dientes con coronas elevadas, adquirió la capacidad de alimentarse de hojas y brotes de árboles y arbustos, a diferencia de Hyrachotherium, que se alimentaba exclusivamente de hierba.
Dentro de la genealogía de Merychippus, encontramos a Hipparion, una especie que durante el periodo plioceno se movilizó y expandió desde América del Norte hasta Eurasia. Asimismo, se destaca la presencia de Pliohippus, considerado como el primer ancestro de un solo dedo, antecedente de Pleshippus y del caballo contemporáneo, es decir, del género Equus. La migración entre América del Norte y Eurasia se llevaba a cabo a través del estrecho de Bering, en épocas en que ambos continentes estaban conectados.
Durante la era del pleistoceno, se presume que el género Equus amplió su rango de distribución desde América del Norte hasta Eurasia, África y Sudamérica. Posteriormente, los caballos de América desaparecieron, quizás por efecto de alguna enfermedad. La exploración de cuevas en Europa ha revelado que el caballo fue una especie muy común en dicha región durante la edad de piedra, ya que se han encontrado suficientes restos esqueléticos de estos animales dentro y en las inmediaciones de dichas cuevas, lo que sugiere que los seres humanos los consumían. No obstante, la población de caballos disminuyó en la era neolítica, cuando la mayor parte de Europa estaba cubierta de bosques. A pesar de esto, se han encontrado rastros de bocados y piezas de arneses de la edad del bronce, lo que indica que el caballo ya había sido domesticado en esta época.
Caballos Modernos
La característica anatómica más distintiva del caballo moderno es la presencia de un solo dedo en cada una de sus extremidades, lo que lo convierte en un perisodáctilo, es decir, un ungulado con número impar de dedos. Dentro del orden de los Perisodáctilos encontramos a los caballos, rinocerontes y tapires. El dedo del caballo, que corresponde al tercer dedo de los seres humanos (conocido como dedo corazón), se ha alargado significativamente y está protegido por una pezuña córnea que cubre únicamente la parte frontal y lateral del pie. Los dedos segundo y cuarto son vestigiales, es decir, restos atrofiados de los dedos primitivos que funcionaban en el pasado, y se ubican por encima y a ambos lados de la pezuña.
La estructura ósea de la cabeza del caballo es alargada, y los huesos faciales tienen el doble de longitud que los del cráneo. La mandíbula inferior del caballo también es larga y cuenta con una superficie ancha y aplanada en la parte posterior. La columna vertebral del caballo está conformada por un total de 51 vértebras, que se distribuyen de la siguiente manera: siete vértebras cervicales, 18 dorsales o torácicas, seis lumbares, cinco sacras y 15 caudales.
Cada hemimandíbula de los machos del caballo posee tres incisivos, un canino, cuatro premolares y tres molares, mientras que las hembras carecen de los caninos. Los incisivos del caballo, que utiliza para cortar la hierba, crecen formando una estructura en semicírculo. El espacio que se encuentra entre los dientes caninos y los premolares es amplio y se le conoce como diastema, es aquí donde se coloca el bocado para guiar al caballo mientras se lo monta.
Cada uno de los dientes presenta particularidades notorias, incluyendo coronas elevadas y raíces relativamente reducidas en tamaño. En cuanto al estómago del equino, este se caracteriza por su simplicidad, donde la fermentación de la celulosa contenida en el alimento ocurre en el ciego, el cual cumple una función análoga al apéndice humano. El ciego se ubica en la confluencia del intestino grueso con el delgado y puede presentar una capacidad de hasta 38 litros en caballos de gran tamaño.
En cuanto a la procreación, ambos géneros logran la madurez sexual a los dos años de edad; no obstante, se abstienen de fines reproductivos hasta el tercer año. La gestación suele durar alrededor de once meses y las hembras dan a luz a una sola cría, siendo la llegada de gemelos o partos múltiples una rareza.
Tipos y Razas de Caballo
Diversas razas equinas de origen doméstico han sido seleccionadas por el ser humano a fin de acentuar ciertas características que les resultan de interés. Entre ellas, se encuentran el percherón, el quarter, el pinto, el lipizano, el holstein, el gelderlander y el clydesdale. El percherón y el clydesdale son conocidas razas de caballos de tiro, mientras que el quarter y el pinto son dos razas estadounidenses con cualidades destacables; el primero por su velocidad en distancias cortas y el segundo por su atractiva capa manchada.
El caballo doméstico fue introducido en Babilonia alrededor del año 2000 a.C., mientras que, en Egipto, los hicsos, originarios del noreste de Siria, lo trajeron 300 años más tarde. Estos equinos se convirtieron en los ancestros de la raza árabe en Oriente Próximo y el norte de África. En Europa, se cree que también se domesticó otra raza equina, pero de complexión más fuerte y movimientos más lentos, la cual se considera la predecesora de los caballos de tiro modernos, empleados principalmente en la agricultura. Además, algunos especialistas sugieren que una raza originaria de las islas británicas dio lugar a diversas razas de ponis modernos en la actualidad.
En gran parte de Europa, durante la mayor parte del tiempo y hasta el siglo XVII, el caballo se empleó principalmente como montura para la guerra y como animal de carga. Al mismo tiempo, en el mundo árabe se había criado una raza equina más pequeña pero extremadamente rápida, la cual fue introducida en España después de su conquista por los árabes en el siglo VIII. Los caballos españoles se hicieron muy populares debido a su velocidad y resistencia, y para el siglo XII muchos de ellos ya eran exportados a otros países de Europa. No obstante, resulta curioso que la cría de caballos no fuera un proceso sistemático hasta finales del siglo XVII, cuando se trajeron sementales árabes a Francia e Inglaterra para cruzarlos con yeguas nativas de estos países.
El caballo Shire es una raza de gran tamaño y corpulento; se distingue de otras razas por el pelaje largo que cubre la última parte de sus patas y pies, y es considerado uno de los caballos de tiro más grandes del mundo. En una ocasión, se constató que una pareja de estos caballos logró arrastrar una carga de aproximadamente 45 toneladas de peso.
En el siglo XVI, los conquistadores españoles introdujeron en América el primer caballo doméstico de raza árabe. Se ha especulado que Hernán Cortés, conquistador de México, y Hernando de Soto, descubridor del río Mississippi, perdieron algunos de sus caballos durante sus expediciones, los cuales podrían haber sido los antepasados primitivos de las manadas que hoy habitan en el oeste de Norteamérica. Además, los colonizadores ingleses que se establecieron en Virginia, Estados Unidos, también trajeron consigo caballos al continente americano.
Durante los últimos tres siglos, los criadores de caballos han trabajado arduamente para mejorar varias razas y también han creado nuevas razas con un propósito específico. Gracias a este esfuerzo, ahora contamos con caballos de monta especializados en carreras, caballos de caza valorados por su resistencia, caballos de tiro capaces de soportar grandes pesos y una serie de ponis que son especialmente aptos para el juego del polo debido a su fácil entrenamiento y rapidez.
Las duras condiciones climáticas y la ubicación de las Islas Shetland, situadas a unos 185 km al noreste de Escocia, han tenido un impacto notable en la apariencia física del poni autóctono de la región. Este animal es compacto y musculoso, con pezuñas robustas y un pelaje espeso que puede variar en color entre negro, pardo, castaño, gris o con patrones diversos. Además, cuenta con conductos nasales amplios que calientan el aire antes de que llegue a los pulmones. Se cree que los ponis de Shetland pudieron llegar a Escandinavia hace unos 10.000 años, atravesando los campos de hielo que existían en ese entonces. En general, se denomina como "ponis" a las razas de caballos de menor tamaño originarios de Inglaterra, y el Shetland es considerado como el más pequeño de todos, midiendo aproximadamente 1,06 m a la altura de la cruz.
Se pueden distinguir tres tipos de caballos de raza árabe. El primero es el caballo turco, originario de la zona europea de Turquía y de Asia Menor. El segundo es el árabe, que proviene de la zona situada entre Damasco y el río Éufrates. Y el tercer tipo es el caballo de Berbería, que se encuentra en el norte de África. A diferencia de otras razas, los caballos árabes son animales pequeños, midiendo entre 1,4 y 1,5 metros de altura a la cruz. La altura de un caballo se mide en manos, y una mano equivale a 10 cm de longitud. Estos caballos se destacan por su notable resistencia y por la velocidad que pueden alcanzar al galope, siendo la principal fuente de influencia para las razas de caballos de monta.
Los equinos de pura sangre son aquellos cuyo linaje proviene de una línea de caballos puros, que solo se han cruzado con animales que mantienen el estándar de la raza. Aunque también existe una acepción distinta del término pura sangre, que se refiere a los caballos surgidos del cruce entre yeguas inglesas y tres razas diferentes de machos, una de tipo turco, otra árabe y otra del norte de África, que aparecieron a principios del siglo XVIII. En la práctica, el término pura sangre se utiliza para exaltar las buenas cualidades de la raza. Biológicamente hablando, los caballos de monta deben ser considerados como un tipo especial de caballo, y no como una raza diferente. En general, los caballos de monta suelen pesar menos que los de tiro. Dada la popularidad de las actividades y deportes ecuestres, existen numerosas asociaciones y organizaciones dedicadas al mundo del caballo.
Hay diversas razas de caballos de tiro que se destacan por su fuerza y tamaño, entre ellas, el caballo belga, el Shire, el Clydesdale y el percherón. El primero de ellos es uno de los equinos más imponentes que existen, mientras que el Shire es una raza inglesa, ambos son resultado de mejoras genéticas a partir de las razas originarias de Bélgica e Inglaterra. El Clydesdale, por su parte, es una raza escocesa más pequeña obtenida mediante el cruce de caballos belgas y Shire. Finalmente, el caballo percherón, originario del noroeste de Francia, se obtuvo a partir de la mezcla de caballos árabes con la antigua raza flamenca, de la que el caballo belga es su representante moderno.