Industria peletera
La industria peletera, por lo general, se considera un sector comercial que se dedica a la cría o captura de ciertos animales que tienen pelaje, seguido por el procesamiento de sus pieles para venderlas a fabricantes de prendas de piel fina y, finalmente, distribuir las prendas acabadas a comercios minoristas. Esta industria puede incluir una amplia gama de actividades, desde la cría y cuidado de animales hasta la fabricación de prendas de piel de alta calidad y su venta en tiendas especializadas o boutiques de moda.
Además, esta industria puede variar en tamaño y alcance, desde pequeños talleres familiares hasta grandes empresas multinacionales con operaciones en todo el mundo. En general, la industria peletera es un sector comercial importante que ha existido durante siglos y que sigue siendo una fuente importante de empleo y beneficios económicos en muchas partes del mundo.
Indice de Contenido
Introducción
Desde tiempos inmemoriales, las pieles han sido consideradas un producto de gran valor. La exploración del Nuevo Mundo permitió un fácil acceso a ellas, y ya en el año 1530 se comenzaron a enviar regularmente cargamentos de pieles de castor desde las colonias americanas hacia Europa. Estos castores eran cazados con trampas por los nativos norteamericanos y se convirtieron en una moneda de cambio muy importante en los establecimientos comerciales, que posteriormente se convirtieron en ciudades emblemáticas como Chicago, Saint Louis (Missouri), Saint Paul (Minnesota), Spokane (Washington) o Detroit.
Hacia el término de los años 80, los estados nórdicos generaban el 45% del aprovisionamiento global de pieles; la Unión Soviética proveía el 31%, mientras que Estados Unidos y Canadá proporcionaban el 10% y 3%, respectivamente. El sector peletero se ha visto afectado desfavorablemente por las manifestaciones de los activistas en pro de los animales, y el creciente auge de las pieles artificiales.
Fue en 1887 cuando se inició en la Isla del Príncipe Eduardo, Canadá, la práctica de la cría de animales en cautiverio bajo supervisión. Por medio de la cría dirigida, es posible transmitir a los descendientes rasgos singulares de tamaño, color o textura del pelaje. En las explotaciones peleteras, es común llevar a cabo cruzamientos entre diferentes variedades de una especie o entre ejemplares genéticamente cercanos (como hermanos o primos) con el objetivo de obtener pieles con las características anheladas.
La piel del zorro plateado, una variante surgida a partir del zorro rojo, fue el primer resultado de esta técnica. En la actualidad, se cuentan por miles las granjas peleteras que se dedican a criar visones mutantes, bautizados con nombres comerciales sugestivos que van desde tonos blancos hasta casi negros, o bien desde tonalidades azules hasta púrpuras o rosadas. Otras especies también son objeto de este tipo de producción, como las chinchillas, las nutrias o los zorros. Gracias a la cría en cautiverio, los animales de granja garantizan un suministro constante de pieles selectas y de óptima calidad.
Procesado aplicado en las pieles
Luego de la adquisición de las pieles, estas requieren de un cuidado y tratamiento adecuados. Existen compañías especializadas en la limpieza y el teñido de pieles, las cuales se enfocan en determinados tipos de piel y establecen un costo específico por cada unidad que procesan.
Limpieza
En el proceso de limpieza y tratamiento de las pieles, se lleva a cabo un raspado meticuloso para eliminar la grasa, posteriormente se someten a un lavado y tratamiento con diferentes sustancias químicas para suavizarlas y curtirlas. Dado que los atributos más notables de las pieles son la fibra suave —es decir, el pelo corto y esponjoso que proporciona abrigo al animal— y el pelo de protección —una capa más larga y áspera que cumple la función de repeler el agua y proteger la fibra suave—, requieren de un tratamiento especial. Las pieles se someten a múltiples pasadas por serrín para eliminar cualquier vestigio de grasa y suciedad. Al culminar el proceso, se procede a pulirlas, plancharlas o aplicarles productos químicos para otorgarles un brillo llamativo, y finalmente se secan con aire. Ciertas pieles reciben tratamientos adicionales, como es el caso del pelo de protección de los castores y las focas de Alaska, que se extrae mediante estirones.
Después del tratamiento, se procede a cortar la fibra suave restante con cuchillas giratorias para conferirle una textura aterciopelada. Algunas pieles, como las de nutria, algunos conejos y rata almizclera, pueden ser recortadas para imitar la apariencia de la piel de foca. En el proceso de rellenado, que consiste en añadir pelo de protección de tejón o mono a las pieles mediante pegamento, se logra un mayor grosor y belleza, además de añadir contrastes de color. En el caso de las pieles que presentan un colorido llamativo tras el pulido, se comercializan en su estado natural.
Teñido
Las pieles menos atractivas pueden ser modificadas en cuanto a su color mediante el uso de tintes o el proceso de blanqueo. Sin embargo, es importante destacar que ambos procedimientos pueden tener efectos negativos en la calidad de las pieles, debilitándolas y oxidando el pelo, lo que a su vez puede provocar que, tras exposiciones prolongadas al sol y al aire, se tornen en tonalidades rojizas o amarillentas.
Existen varias técnicas para teñir las pieles después de ser tratadas, entre ellas se encuentra la inmersión en un tinte, la aplicación del tinte con un rodillo o una brocha, o bien el retoque de las puntas de los pelos de protección. Para imitar la apariencia de pieles moteadas, algunas pieles, como las de conejo, pueden ser estarcidas. Además, se pueden emplear tintes fluorescentes para dar más brillo a las pieles, y en algunos casos se altera el color aplicando una disolución de sales de cobre o hierro. Una vez terminado el proceso de teñido, las pieles son utilizadas para confeccionar prendas de vestir.
Confecciones de prendas de piel
A partir de la década de 1970, se ha visto una gran diversidad en los diseños de prendas de piel, cada vez más deportivas y creativas. Los diseñadores han introducido nuevos estilos y tendencias en la confección de estas prendas. Para asegurar la calidad, se utiliza la parte más valiosa de la piel y se descartan las secciones menos deseables, como la cabeza, las garras y el vientre. Por otro lado, las prendas de piel de menor calidad se fabrican utilizando secciones descartadas y menos valiosas de la piel.
Para las pieles grandes como las de oveja, se pueden cortar las piezas de la prenda directamente sobre la piel. Sin embargo, la mayoría de los animales tienen pieles más pequeñas que deben ser unidas de diferentes maneras para crear una prenda completa. En el método de "piel sobre piel", que generalmente se usa para ratas almizcleras, ardillas, conejos, corderos y algunas chinchillas, las pieles se cortan y se unen en sentido longitudinal. Este proceso deja una marca de unión recta, en zigzag o redondeada que es visible en todas las pieles excepto las que tienen una textura rizada, como el astracán.
En las prendas de piel más costosas, los peleteros utilizan técnicas para alargar y estrechar las pieles pequeñas con el objetivo de eliminar esas marcas de unión. Por ejemplo, una piel de visón que originalmente mide alrededor de 15 cm de ancho por 40 cm de largo puede ser estirada hasta alcanzar una anchura aproximada de 5 cm y una longitud de hasta 100 cm. Para lograr este efecto se realizan cortes diagonales en la piel, con un ancho que oscila entre 0,25 y 1,25 cm, y posteriormente se cosen para obtener una piel más alargada y uniforme.
En una prenda de piel se pueden encontrar miles de costuras, que comprimen la piel y la hacen más compacta y mullida. Esta técnica permite que el peletero pueda moldear o dirigir el pelo en muchas direcciones. Una vez que las pieles han sido cosidas para formar las diferentes partes de la prenda, se humedecen, se clavan en grandes tableros planos para que adquieran su forma final y se dejan secar. Para aplanar las costuras de estas prendas, se utilizan miles de pequeños clavos.
Existen diferentes tipos de fabricantes de prendas de piel. Algunos se dedican a confeccionar prendas a medida para clientes particulares, mientras que otros disponen de salas de exposición donde mostrar sus productos. También hay fabricantes que venden solo al por mayor, ofreciendo una variedad de pieles de diferentes proveedores en sus salas de exposición para su venta a tiendas minoristas. Estas tiendas, a su vez, pueden proporcionar servicios de limpieza, mantenimiento y ajuste de las prendas de piel, ya sea a través del fabricante o de otras empresas especializadas.
Leyes de protección en especies amenazadas
Se han creado diversos grupos y organizaciones que se preocupan por la preservación de especies en peligro de extinción y abogan por la protección y el bienestar de los animales. Estos grupos trabajan para sensibilizar a la población acerca de los peligros del uso de pieles en la moda y promueven alternativas más éticas y sostenibles. Además, han presionado a gobiernos y legisladores para que promulguen leyes y reglamentaciones más estrictas para la caza y el comercio de animales y pieles.
El Fondo Mundial para la Protección de la Naturaleza, Friends of Animals y Fur Conservation Institute of America han realizado grandes esfuerzos para proteger las especies en peligro de extinción y promover prácticas más éticas en la industria peletera. Como resultado de sus iniciativas, en 1973 se aprobó una ley de protección de especies amenazadas y en 1977 se ratificó una convención que establece procedimientos para el control y seguimiento de la importación y exportación de especies protegidas. Estos acuerdos definieron las especies amenazadas como aquellas en riesgo de extinción y las protegidas como aquellas que corren el riesgo de desaparecer en un futuro cercano.
En virtud de la ley y los acuerdos internacionales, ciertas especies de animales se consideran amenazadas o protegidas, como algunas focas, muchos felinos, nutrias, tejones, canguros, monos Colobus, ciertos conejos, chinchillas silvestres, ardillas voladoras y lobos. Estos acuerdos establecen la necesidad de demostrar que las pieles que se transportan entre países no provienen de animales en peligro de extinción o especies protegidas.