Historia del Idioma Español
La lengua española, que tiene sus raíces en el latín y forma parte de la subfamilia itálica dentro del grupo de lenguas indoeuropeas, es la lengua oficial de España y de las naciones de Centroamérica y Sudamérica, a excepción de Brasil, las Guayanas y Belice. Esta lengua cuenta con alrededor de 500 millones de hablantes, incluyendo a los hispanohablantes en los Estados Unidos, a algunos cientos de miles de filipinos, así como a los grupos nacionales saharauis y a los residentes de Guinea Ecuatorial en la costa occidental de África.
Indice de Contenido
Introducción
La evolución del latín vulgar dio inicio a la historia del idioma español y el surgimiento de los dialectos españoles, como el castellano y el andaluz, en la península ibérica (Hispania) durante la Edad Media. La reconquista de España, que culminó con Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, coincide aproximadamente con el surgimiento del español moderno. Para profundizar en el tema, continúe leyendo.
La historia del idioma español se remonta al período prerromano, ya que este idioma presenta similitudes con las lenguas habladas en la península ibérica antes de la conquista romana. A medida que Roma comenzó a conquistar la península ibérica en el año 218 a.C., las lenguas prerromanas comenzaron a desaparecer, ya que no había una unidad lingüística. Los grupos colonizadores continuaron hablando sus propias lenguas. Con la llegada de los romanos, las costumbres de los pueblos indígenas cambiaron por completo y la lengua latina se impuso en todo el imperio.
Con la caída del Imperio Romano en el siglo V, el latín experimentó un cambio significativo que lo llevó a evolucionar hacia las lenguas romances que conocemos hoy en día, como el español, el francés, el italiano, el provenzal, el catalán, el gallego-portugués, el retorrománico, el rumano y el sardo. Este proceso marcó el inicio del idioma español, que con el tiempo adoptaría características de otros dialectos.
El español moderno es un resultado directo de la conquista y posterior caída del Imperio Romano, junto con las lenguas que ya existían en estas tierras y la evolución del latín hacia las lenguas romances. En 1714, la Real Academia Española fue creada, marcando un punto crucial en la evolución del idioma español. Hoy en día, el español es el tercer idioma más hablado en todo el mundo.
Durante un lapso de tiempo que abarcó desde el siglo III a.C. hasta finales del siglo I a.C., tuvo lugar la conquista romana de la península ibérica, un proceso que tuvo un impacto significativo en muchos aspectos de la vida peninsular, incluyendo el lingüístico. Las lenguas preexistentes empezaron a restringirse cada vez más a las áreas rurales, mientras que se fomentó el bilingüismo en los principales centros de ocupación romanos, dejando las lenguas indígenas limitadas a las regiones más aisladas.
El proceso de conquista romana implicó la sustitución de las lenguas preexistentes por el latín, que era la lengua administrativa del Imperio Romano. Resulta interesante señalar que, en el caso del vasco, existen pocos topónimos que se remontan al periodo anterior al siglo I a.C., pero que estos fueron volviéndose más frecuentes con el tiempo, lo que podría sugerir la posibilidad de una migración limitada desde Aquitania durante ese periodo, que duró hasta por lo menos el siglo VII d.C.
La larga estancia de los árabes en la península ibérica, desde 711 hasta 1609, ha dejado una influencia significativa en la lengua española, sobre todo en lo que respecta al léxico. De hecho, mientras que el 60% del vocabulario español tiene su origen en el latín, el 40% restante se divide entre otros idiomas, y se estima que más de 4000 palabras del léxico español tienen origen en el árabe.
En épocas antiguas, el idioma que hoy conocemos como español era denominado como castellano. Sin embargo, con la unificación de España por los Reyes Católicos, el castellano se convirtió en la lengua de toda la nación, y fue entonces cuando comenzó a conocerse como español. Ambos términos han sido utilizados a lo largo de los años. En 1928, la Real Academia Española decidió oficializar el nombre de español, con el mismo criterio que se utiliza para nombrar el inglés hablado por los ingleses o el francés hablado por los franceses. A pesar de ello, algunos países del Nuevo Mundo aún llaman a este idioma castellano, por lo que ambos nombres son considerados igualmente válidos.
Podemos dividir la historia del español en tres líneas de tiempo: español medieval, español en la edad media y español moderno.
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El español medieval: se refiere a las variaciones del castellano habladas en la península ibérica entre el siglo IX hasta entrado el siglo XV aproximadamente, en esta época solo era conocido como castellano no idioma español.
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El español en la edad media: trata de su expansión y como el castellano se impuso a otros dialectos, todo esto por la consecuencia de la política entre castilla y otros reinos.
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El español moderno: inicia con el punto de partida en el 1714 con la creación de la Real academia española, institución que crea las normas del español escrito, frenando en cierta medida la incorporación de términos prestados de otras lenguas.
En la época contemporánea, el alfabeto o abecedario se define como la representación organizada de las letras que integran un lenguaje. Dichas letras, en su conjunto, se combinan para formar palabras y permiten la expresión escrita y hablada de las ideas. Según las normas gramaticales oficiales del idioma español, el alfabeto actual está compuesto por 27 letras, que incluyen 22 consonantes y 5 vocales, así como 5 dígrafos, que consisten en dos letras que representan un solo sonido.
Orígenes del Idioma Español
El idioma español tiene su origen en el latín vulgar, que se expandió en España a partir del siglo III a.C. y reemplazó a las lenguas ibéricas, aunque el vasco no fue una de ellas. De esta raíz ibérica se derivan varios elementos léxicos que se han conservado hasta la actualidad, algunos de los cuales el latín asimiló, como "cervesia" a "cerveza", "braca" a "braga", "camisia" a "camisa" y "lancea" a "lanza". Algunos autores atribuyen a la entonación ibérica la particular forma de pronunciar el latín tardío en el norte de la Península Ibérica, que sería responsable de ciertos cambios en las fronteras silábicas y en la evolución especial del sistema consonántico.
El léxico del español también ha sido influenciado por el griego, ya que desde el siglo VII a.C. hubo una significativa colonización griega en las costas mediterráneas. Además, esta lengua también influyó en el latín, por lo que se han incorporado palabras de origen griego en diferentes momentos históricos. Ejemplos de términos helénicos que han sido adoptados en el español son huérfanos, escuela, cuerda, gobernar, colpar y golpar.
Durante los siglos III y VI, el español recibió una gran influencia de germanismos que se incorporaron a través del latín y gracias al contacto con los pueblos bárbaros muy romanizados. Algunos de estos términos que todavía se utilizan en la lengua son guerra, heraldo, robar, ganar, guiar, guisa, guarecer y burgo. El significado original de burgo era ‘castillo’, pero con el tiempo pasó a ser sinónimo de ‘ciudad’. Este término es muy común en los topónimos europeos y también en las tierras de Castilla, lo que se puede apreciar en nombres como Edimburgo, Estrasburgo y Rotemburgo, junto a Burgos, Burguillo, Burguete, o en los conceptos de burgués y burguesía, que se incorporaron a la lengua posteriormente.
La presencia del idioma árabe dejó una huella significativa en la configuración de las lenguas de España, incluyendo el español, debido a los ocho siglos de dominio árabe en la península. Durante este largo periodo, hubo momentos de convivencia y entendimiento. Los cristianos pronto se dieron cuenta de que los conquistadores eran superiores no solo en términos militares, sino también en cultura y sofisticación.
La presencia árabe en la península ibérica dejó una huella profunda en la evolución de la lengua y cultura españolas. Uno de los cambios más notables fue la transformación de la s- inicial latina en /x/ como en la palabra jabón del latín ‘saponem’. Además, los árabes introdujeron el sufijo -í en la formación de adjetivos y nombres como jabalí, marroquí, magrebí, alfonsí y carmesí. También se arabizaron muchos topónimos como Zaragoza, que deriva de “Caesara(u)gusta”, y Baza, de “Basti”. La influencia del árabe en la lengua y la cultura de la península ibérica fue tan significativa que resulta imposible comprender su evolución sin tenerla en cuenta.
El Idioma Español en la Actualidad
El castellano, por cantidad de hablantes, ocupa el tercer lugar en el mundo. Aunque es una lengua que se habla en áreas geográficas muy alejadas, existe cierta cohesión en el registro culto del idioma que permite una comunicación fluida entre personas de uno u otro lado del Océano Atlántico. Las mayores divergencias se encuentran en la prosodia, es decir, en la variada entonación que, al parecer, se debe a las diversas influencias lingüísticas presentes en los países hispanohablantes.
La unidad del idioma español se garantiza gracias a la ortografía y a la normativa lingüística. Para asegurarla, las diversas Academias de la Lengua colaboran entre sí y se esfuerzan por preservarla, fomentando la difusión de producciones literarias, científicas, pedagógicas, cinematográficas, televisivas, informáticas y de comunicación. El Instituto Cervantes, con su método de enseñanza unitario, contribuye a la divulgación del español por todo el mundo. Además, las Academias han trabajado en conjunto para establecer la "Norma culta de las grandes ciudades", que pone especial énfasis en la fonología y el léxico.
El español ocupa el segundo lugar en cuanto a número de hablantes en los Estados Unidos, donde se pueden encontrar varias emisoras de radio y televisión que transmiten completamente en español. Además, por motivos puramente económicos, es el idioma extranjero más estudiado en los países de América y Europa que no son hispanohablantes. Ya han pasado los días en que fue el idioma diplomático por excelencia, lo que lo llevó a reemplazar al francés en ese papel, y en la actualidad es la lengua oficial de la ONU, sus organismos, la Unión Europea y otros organismos internacionales.
El español ha sido incorporado como lengua dentro de las principales redes internacionales de información, como Internet, lo que garantiza la continua traducción de los avances informáticos, su difusión e interconexión. Sin embargo, el futuro del idioma en África parece más incierto debido a su abandono por razones políticas y a la voluntad de sus hablantes. A pesar de ello, todo indica que en este siglo será una de las lenguas más difundidas y quizás dé lugar a una lengua intermedia en momentos de mestizaje, que permita la comunicación con todo el continente americano. Además, cabe destacar que el español aún se utiliza como lengua diplomática junto con el francés en el pueblo saharaui.
Acontecimientos Importantes en la Creación del Idioma Español
1- El español tuvo su origen en la Península Ibérica, en la región suroeste de Europa. En el siglo VI a.C., los ibéricos, los primeros habitantes de la zona, se mezclaron con los celtas, un pueblo nómada de Europa central. Esta mezcla dio origen a los Celtibéricos, quienes hablaban una variante del celta.
2- El origen del idioma español se remonta a la época de la conquista romana y la posterior caída del Imperio Romano, que unificó la lengua latina en la región geográfica. A medida que el latín se fue separando en las lenguas romances, se creó la base del idioma español. La historia moderna del español se inició en 1713 con la fundación de la Real Academia Española, bajo el mandato de Felipe V y la iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga. La RAE estableció la norma del español escrito a través del Diccionario de Autoridades, la Ortografía y la Gramática.
3- El idioma español también se vio influido por la presencia árabe en la Península Ibérica después de la caída del Imperio Romano. La conquista de la región por los árabes duró casi 800 años, durante los cuales se desarrollaron un conjunto de lenguas conocidas como Mozárabes. Esta influencia dejó su huella en el castellano, incorporando más de 4.000 vocablos árabes, como, por ejemplo, almohada, aceite y ajedrez.
4- El idioma español se distingue por el frecuente uso del pronombre reflexivo se, además del uso activo del subjuntivo, que puede resultar complicado para aquellos que aprenden español como lengua secundaria. De las herencias del latín, cabe mencionar la sintaxis y los métodos sintácticos para modificar, describir o transformar oraciones completas en sustantivos, convirtiéndolas en posibles sujetos. Por esta razón, se considera que aprender español es uno de los desafíos más difíciles de afrontar.