Urano el planeta gigante de Hielo
Urano, el séptimo planeta en distancia al Sol, orbita más allá de Saturno, pero dentro de la órbita de Neptuno en el Sistema Solar. Es de sexta magnitud y su observación a simple vista es limitada. En 1781, el astrónomo británico William Herschel descubrió accidentalmente este planeta y originalmente se le denominó Georgium Sidus (Estrella de Jorge) en honor a su mecenas real, Jorge III. Posteriormente, durante un período de tiempo, se le conoció como Herschel en honor a su descubridor. Sin embargo, a finales del siglo XIX, el astrónomo alemán Johann Elert Bode propuso el nombre Urano, que comenzó a utilizarse ampliamente.
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Introducción
Urano presenta un diámetro de 52.200 km y se encuentra a una distancia promedio de 2.870 millones de kilómetros del Sol. Su órbita completa tiene una duración de 84 años, mientras que su rotación sobre su eje lleva 17 horas y 15 minutos. El eje de Urano está inclinado 8° con respecto al plano de su órbita alrededor del Sol. La composición principal de su atmósfera consiste en hidrógeno y helio, con una presencia notable de metano.
A través de un telescopio, este planeta se observa como un disco de tonalidades verde azuladas y un contorno pálido en verde. Comparado con la Tierra, Urano posee una masa 14,5 veces mayor, un volumen 67 veces más grande y una gravedad aproximadamente 1,17 veces superior. Sin embargo, su campo magnético es solo alrededor de una décima parte más intenso que el de la Tierra y presenta un eje inclinado 55° en relación con su eje de rotación. La densidad de Urano es aproximadamente 1,2 veces mayor que la del agua.
En la mitología griega, Urano era el dios del cielo, padre de Saturno y abuelo de Júpiter. Curiosamente, cuando los antiguos griegos se referían a un objeto brillante en el firmamento con el nombre de Urano, creían que era una estrella y no un planeta. No fue hasta el año 1781 que Sir William Herschel descubrió y confirmó que Urano era en realidad un planeta. Herschel inicialmente propuso llamarlo "Georgium Sidus" en honor al rey Jorge III de Inglaterra, pero este nombre no fue ampliamente aceptado. En cambio, en 1850, la comunidad astronómica decidió adoptar el nombre de Urano para este gigante de hielo, en consonancia con la temática mitológica de los demás planetas del sistema solar.
Anillos y Satélites
Durante la ocultación de una estrella por parte de Urano en 1977, el astrónomo James L. Elliot, de Estados Unidos, realizó un sorprendente descubrimiento. Observando cuidadosamente, notó la presencia de cinco anillos que rodeaban al planeta en el plano de su ecuador.
Estos anillos fueron denominados Alpha, Beta, Gamma, Delta y Epsilon, comenzando desde el más interno. Formaban un cinturón de 9.400 km de ancho, extendiéndose a una distancia de 51.300 km desde el centro del planeta. Posteriormente, gracias a las imágenes capturadas por la sonda Voyager 2, se identificaron seis anillos adicionales, elevando el total a once. Luego, en diciembre de 2005, el telescopio espacial Hubble reveló el descubrimiento de dos nuevos anillos alrededor de Urano.
Estos dos anillos de polvo se encuentran mucho más distantes del planeta en comparación con los demás anillos, formando lo que algunos científicos han denominado el "segundo sistema de anillos de Urano".
Urano no solo cuenta con 13 anillos, sino que también alberga 27 satélites. Los dos satélites más grandes, Oberon y Titania, fueron descubiertos por Herschel en 1787. Posteriormente, en 1851, el astrónomo británico William Lassell descubrió los dos siguientes satélites, Umbriel y Ariel. Miranda, por otro lado, fue identificado como el satélite más interno conocido antes de la llegada de la sonda Voyager. Su descubrimiento se remonta a 1948, gracias al astrónomo estadounidense Gerard Pieter Kuiper. En total, Urano presenta una interesante variedad de satélites que enriquecen aún más nuestro conocimiento de este fascinante planeta.
Durante las exploraciones del Voyager 2 en 1985 y 1986, los científicos lograron descubrir 11 nuevas lunas de Urano, todas con diámetros inferiores a los 100 kilómetros. Luego, en noviembre de 1997, un equipo de científicos utilizando el telescopio Hale en el Observatorio Monte Palomar anunció el hallazgo de dos lunas adicionales alrededor de Urano. Estas dos lunas resultaron ser las más distantes del planeta y tenían diámetros relativamente pequeños.
En 1999, se realizaron descubrimientos de tres lunas más, y en 2001 se detectaron otros dos satélites de tamaño reducido. Sin embargo, uno de ellos no pudo ser observado nuevamente hasta un año después. En septiembre y octubre de 2003, la Unión Astronómica Internacional (IAU) confirmó el descubrimiento de los otros cuatro satélites de Urano. Estos continuos hallazgos han ampliado nuestro conocimiento sobre la presencia de lunas en el sistema de Urano.
Estructura interna, geología y composición
Urano, el séptimo planeta desde el sol en términos de distancia, destaca como el tercer planeta más grande y el cuarto en masa en nuestro sistema solar. Además, se posiciona como el segundo menos denso. Su radio mide 25.362 kilómetros, lo cual indica que hasta cuatro planetas similares al nuestro podrían alinearse a lo largo de su ecuador.
Se clasifica como el principal representante de los gigantes helados dentro de nuestro sistema planetario. A diferencia de contar con una superficie definida, Urano está compuesto por una sustancia "hielo" fluida que contiene agua, amoníaco y metano en su manto. De hecho, su manto helado no sigue la convencional composición de hielo, sino que se trata de un fluido caliente y denso compuesto por agua, amoníaco y otros componentes volátiles. Los modelos sugieren la existencia de un núcleo rocoso en su interior, con una masa aproximadamente equivalente a la mitad de la Tierra y representando el 20% del tamaño total del planeta.
Urano también se destaca por la notable inclinación de su eje, que casi forma un ángulo recto con su órbita alrededor del Sol. Esta peculiaridad es la responsable de las estaciones más extremas en todo el sistema solar en Urano. Durante aproximadamente una cuarta parte del año uraniano (equivalente a 84 años terrestres), el Sol brilla directamente sobre cada polo, sumiendo a la otra mitad del planeta en un oscuro invierno que dura 21 años.
Además, en este gigante gaseoso, también se observa un campo magnético extraño e irregular. A diferencia de lo que generalmente se observa, donde el campo magnético de un planeta se alinea con su dirección de rotación, en Urano se desvía alrededor de 60 grados.