Municipio San Pedro, en el Departamento de Copán

San Pedro es un municipio rural ubicado en el extremo sur del departamento de Copán, en la región occidental de la República de Honduras. Es una localidad con raíces agrarias y una población mayoritariamente rural que ha conservado tradiciones campesinas, fiestas patronales y una relación estrecha con su entorno natural.

 

Introducción

La identidad de San Pedro se entrelaza con su historia local: empezó como una aldea conocida como “Llano Grande” y con el tiempo obtuvo la categoría de municipio en el siglo XIX, lo que marcó su consolidación administrativa y territorial dentro de Copán. Su nombre honra a San Pedro, patrón católico cuya fiesta se celebra localmente.

San Pedro 0420

 

Geográficamente, San Pedro se sitúa al oriente del Valle de Cucuyagua y limita con municipios de Copán y con el departamento de Lempira en algunos tramos, lo que lo coloca en una zona de transición entre valles y cordilleras. Esa posición le otorga suelos agrícolas útiles y acceso a microcuencas que alimentan ríos locales.

En las últimas décadas el municipio ha experimentado los retos típicos de las zonas rurales hondureñas: dispersión poblacional, necesidad de mejorar infraestructura vial y servicios básicos, y la búsqueda de alternativas económicas que complementen la agricultura tradicional. Al mismo tiempo, existen iniciativas y perfiles municipales que documentan su población, extensión territorial y cobertura de servicios.

Finalmente, San Pedro conserva rasgos culturales y naturales de interés para estudios locales: riqueza en bosques y áreas agrícolas, prácticas alimentarias típicas de la región occidental de Honduras, y un patrimonio social arraigado en la comunidad. Este artículo desarrolla la historia, ubicación, clima, economía, geografía, hidrografía y biodiversidad del municipio, con base en fuentes oficiales y trabajos locales.

Historia / Datos históricos relevantes

El asentamiento que hoy conforma San Pedro nació como una aldea llamada Llano Grande, vinculada inicialmente al municipio de Cucuyagua. Los datos históricos consignan que ya en 1836 la población aparecía referida como aldea, lo que indica una ocupación estable desde el siglo XIX.

El 19 de mayo de 1887, mediante Decreto No. 7 en la administración del general Luis Bográn, la aldea fue elevada a la categoría de municipio; a partir de ese acto administrativo San Pedro dejó de depender de Cucuyagua y comenzó a organizarse como unidad municipal independiente. Ese cambio formalizó su gobernanza local y delimitó su territorio.

Durante el periodo republicano el municipio se consolidó como comunidad agrícola: migrantes y familias de otras regiones (por ejemplo de Comayagua, según registros locales) escogieron el valle y llanuras cercanas por la fertilidad de los suelos, lo que impulsó la agricultura de subsistencia y cultivos comerciales a pequeña escala. Estas dinámicas poblacionales marcaron la estructura social del municipio.

En el siglo XX y hasta la actualidad, San Pedro ha seguido ligado a las oportunidades y limitaciones del occidente hondureño: la infraestructura vial, las posibilidades de comercialización y los programas de desarrollo rural han influido en su evolución económica y social. Los censos y perfiles municipales recientes registran cambios demográficos y retos en servicios básicos que siguen siendo prioridad para las autoridades locales.

Ubicación y Coordenadas

San Pedro se localiza en la parte sur del departamento de Copán, al oriente del Valle de Cucuyagua y en la margen oriental del río Higuito / zona del río Catapa según distintas fuentes. Limita con los municipios de Cucuyagua al norte, La Unión al oeste y con municipios del departamento de Lempira al este/sureste.

Las coordenadas aproximadas del casco municipal y referencias cartográficas se registran como 14°36'60" N (≈ 14.6167 N) y -88°52'0" O (≈ -88.8667 W); la altitud promedio del municipio está alrededor de los 825 metros sobre el nivel del mar y su extensión territorial aproximada es de 66.2 km².

Actividad económica e Infraestructura

La economía de San Pedro es mayoritariamente agrícola, como ocurre en gran parte del departamento de Copán; los cultivos tradicionales incluyen granos básicos (maíz, frijol), hortalizas y café en las zonas aptas, complementados con ganadería menor y actividades de autoconsumo. La agricultura de pequeña escala sostiene la mayor parte de hogares rurales.

Además de la agricultura, existe un comercio local (tiendas, mercados y servicios) orientado a atender la demanda de la población urbana y rural del municipio. Históricamente el transporte de pasajeros y mercancías dentro de la región ha sido un componente clave para la economía local, conectando San Pedro con centros mayores de Copán y rutas hacia el norte del país.

En materia de infraestructura, los perfiles municipales y reportes técnicos indican que el municipio enfrenta necesidades en caminos rurales, acceso al agua potable y servicios sanitarios en áreas más dispersas; la provisión de electricidad y educación básica está presente pero con brechas en cobertura y calidad en zonas remotas. Las autoridades municipales y organismos técnicos han elaborado perfiles para planificar inversiones y priorizar mejoras.

Los servicios de salud y educación se concentran en el casco urbano y en algunas aldeas cabeceras, por lo que la movilidad y la conectividad son factores que condicionan la calidad de vida. Proyectos de desarrollo rural, forestal y mejoras en la infraestructura vial pueden favorecer la comercialización de productos agrícolas y el acceso a mercados más amplios.

Clima

San Pedro, por su ubicación en la región occidental montañosa y en altitudes intermedias (≈825 m), presenta un clima templado a cálido, con variaciones entre temporada seca y lluviosa. Las estadísticas climáticas para el departamento de Copán muestran máximas medias alrededor de 29–30 °C en los meses más cálidos y mínimas que pueden descender a mediados de los 10–16 °C en la temporada fresca.

La estación lluviosa típica en la región occidental hondureña va aproximadamente desde mayo hasta octubre, con picos de precipitación que alimentan las microcuencas y ríos locales; la estación seca se concentra entre noviembre y abril, con menor nubosidad y menos lluvias. Estos patrones condicionan los ciclos agrícolas y las siembras de granos y café.

Las temperaturas medias anuales registradas en estaciones cercanas y análisis climáticos locales sitúan la temperatura promedio anual en torno a 19–23 °C, lo que favorece cultivos de clima templado y moderado. La humedad relativa y los episodios convectivos (tormentas) en la temporada lluviosa pueden ser intensos en días puntuales.

El clima, junto con la altitud y la orientación de las pendientes, influye en la gestión de suelos y en el riesgo de erosión; las prácticas de conservación de suelos y manejo de microcuencas son relevantes para mantener la productividad agrícola y reducir impactos de lluvias intensas. Estudios locales de cobertura forestal y suelos son un insumo importante para la planificación ambiental del municipio.

Gastronomía

La gastronomía de San Pedro refleja la tradición culinaria occidental y rural de Honduras: platos a base de maíz, frijol, yuca, plátano y carnes de la producción local. Tortillas de maíz, tamales, tamalitos y la tradicional “comida de olla” son habituales en la mesa cotidiana. Estas preparaciones derivan tanto de la cultura mestiza como de prácticas campesinas ancestrales.

El consumo de frijoles negros o rojos, acompañado de arroz y tortillas, es frecuente; platillos especiales en festividades y ferias patronales incluyen guisos, carnes asadas y dulces tradicionales hechos con productos locales. La fiesta patronal (29 de junio, en honor a San Pedro) suele acompañarse de platillos festivos y comidas comunitarias.

La producción local de café (en zonas aptas del municipio o áreas cercanas) también influye en bebidas y usos culinarios; el café de la región occidental suele ser parte de la identidad local y complementa la oferta gastronómica, en particular en contextos familiares y en pequeños cafés.

Finalmente, los mercados y tiendas locales ofertan ingredientes frescos y productos caseros (quesos, conservas, tortas tradicionales) que consolidan una gastronomía sencilla, de temporada y ligada al autoconsumo; la cocina expresa la estacionalidad del campo y la disponibilidad de productos agrícolas.

Relieve, Geografía y Orografía

San Pedro pertenece a una zona de transición entre valles y colinas que caracterizan el occidente hondureño. Su relieve combina llanuras de valle en el entorno del Valle de Cucuyagua con colinas y pequeñas serranías hacia el este y sur, formando un paisaje variado que condiciona usos de suelo y microclimas.

La altitud media del municipio (≈825 m) sitúa a San Pedro en una franja intermedia que favorece la agricultura diversificada; la presencia de pendientes moderadas favorece cultivos de café en laderas y granos en planicies, aunque la topografía también impone límites a la mecanización y exige prácticas de conservación de suelos.

Las formaciones orográficas locales influyen en la hidrografía (microcuencas, quebradas y ríos de segundo orden) y en la distribución de la vegetación; las zonas más elevadas mantienen mayor cobertura forestal y suelos menos aptos para cultivos intensivos. Estos rasgos otorgan una diversidad de ambientes en pocos kilómetros cuadrados.

Desde el punto de vista geográfico, la posición de San Pedro dentro del departamento de Copán lo conecta con corredores viales hacia Santa Rosa de Copán y otras cabeceras importantes, aunque la calidad de las vías rurales y la dispersión poblacional condicionan la accesibilidad y la integración territorial. La planificación municipal utiliza la cartografía y perfiles técnicos para priorizar obras viales y de infraestructura.

Hidrografía

La hidrografía del municipio está dominada por pequeñas cuencas y ríos que desaguan en corrientes mayores de la región occidental; en descripciones locales se menciona la cercanía y relación con el Río Catapa y el río Higuito en su entorno oriental. Estas corrientes abastecen el riego local y sustentan nacientes y aguadas para usos domésticos y agrícolas.

Las microcuencas y quebradas que atraviesan el municipio son importantes para la recarga de acuíferos locales y para mantener la humedad del suelo; la temporada de lluvias incrementa los caudales y, en años intensos, puede generar erosión en pendientes vulnerables. Manejar estas cuencas es clave para la seguridad hídrica.

En zonas rurales la captación de agua para consumo humano y animal suele depender de pozos, manantiales y reservorios locales; la cobertura y calidad de agua potable es un área donde los planes municipales y programas sociales concentran esfuerzos para mejorar la infraestructura y la salud pública.

Las prácticas de conservación (barreras vivas, reforestación de nacientes, protección de riberas) son recomendadas por técnicos y organizaciones locales para asegurar la continuidad de caudales y reducir la sedimentación en épocas de lluvia, mejorando así la disponibilidad de agua durante la estación seca. Estudios de cobertura forestal del municipio forman parte de estos esfuerzos de planificación ambiental.

Flora y Fauna

La flora de San Pedro combina áreas de cobertura forestal (remanentes de bosque y zonas de reforestación) con paisajes agrícolas. En las coberturas naturales se registran especies propias de bosques tropicales de montaña y vegetación secundaria, así como árboles de uso agrícola y forestal que las comunidades han incorporado (maderables y frutales). Informes de cobertura forestal municipal registran estos mosaicos de vegetación.

La fauna incluye aves locales y de paso, mamíferos pequeños y una diversidad de invertebrados propios de los ecosistemas rurales hondureños; la variación altitudinal favorece la presencia de especies adaptadas a climas templados y a áreas de bosque fragmentado. La conservación de corredores biológicos es importante para proteger la fauna.

Las prácticas agrícolas y la fragmentación de hábitats han modificado la distribución de especies, pero las áreas protegidas y reforestación local ayudan a mantener refugios para la fauna. Programas municipales y sociales orientados a la gestión sostenible de recursos naturales buscan conciliar producción y conservación.

Finalmente, la biodiversidad local es un recurso cultural y económico (por ejemplo servicios ecosistémicos, apicultura, recolección de productos forestales no maderables) que puede potenciarse mediante proyectos de desarrollo sostenible y ecoturismo de baja escala, respetando la vocación productiva del territorio.

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Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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