Parque Nacional Congolón, Coyocutena y Piedra Parada (PANACON)

En 2010, el Parque Nacional Congolón, Coyocutena y Piedra Parada (PANACON) recibió la designación oficial a través del Decreto Legislativo 195-2010. En dicho decreto se establecieron los límites generales del parque, que en ese momento abarcaba un área total de 11,019.50 y tenía un perímetro de 42.39 km.

 
 

Introducción

Después de algunos años, se emprendió un proceso para redefinir los límites del Parque Nacional Congolón, Coyocutena y Piedra Parada (PANACON) debido a la intensa presión humana que ha enfrentado esta área protegida. Estos nuevos límites propuestos han sido reconocidos y presentados a las comunidades y autoridades municipales durante la socialización para la elaboración del plan de manejo del parque.

Después de un consenso, se acordó establecer un área total de 13,600.94 hectáreas, que incluye una zona de conservación especial de 2,634.56 hectáreas y una zona de desarrollo sostenible de 10,966.38 hectáreas. Es de vital importancia que este proceso de redefinición sea respaldado por el Congreso Nacional.

Congolon Piedra parada Coyocutena

 

El Parque Nacional Congolón, Coyocutena y Piedra Parada (PANACON) se encuentra situado en el departamento de Lempira, específicamente entre los municipios de Erandique, Gualcinse y San Andrés. Está ubicado aproximadamente a 20 km por la carretera que va desde San Juan hacia Candelaria y otros municipios del sur de Lempira. Los límites del parque son los siguientes:

  • Norte: Limita con el río Metao y las comunidades del Carrizal y San Antonio.
  • Sur: Colinda con la comunidad de San José, perteneciente al municipio de Gualcinse, y Santa Rosita en San Andrés.
  • Este: Limita con el casco urbano del municipio de Erandique, así como las comunidades de El Liquidambo, Las Aradas y el Cerro Cerquín.
  • Oeste: Colinda con Llanos del Ganado y las comunidades de El Carrizal, El Comedero y Cerro Las Ventanas.

Existen dos vías principales para acceder al Parque Nacional Congolón, Coyocutena y Piedra Parada (PANACON). Una de ellas es saliendo de la ciudad de La Esperanza, en el departamento de Intibucá, tomando la carretera que lleva a Yamaranguila y luego a San Juan. Hasta este punto, la carretera está pavimentada. A continuación, se continúa por una carretera de terracería que conduce a los municipios fronterizos con El Salvador, también conocida como la carretera hacia Candelaria.

Otra opción es el acceso a través de la Ciudad de Gracias, en el departamento de Lempira. Desde aquí, se puede tomar una carretera pavimentada que lleva directamente a San Juan. Luego, se sigue por una carretera de terracería, que a menudo está en mal estado, durante aproximadamente una hora y media (20 km) hasta llegar a los límites del PANACON.

Ambas rutas requieren tomar precauciones debido a las condiciones de las carreteras de terracería y es recomendable contar con un vehículo adecuado para este tipo de terreno.

Importancia Ecológica del PANACON

Según la clasificación de la UNESCO, el parque nacional Congolón es catalogado como un ecosistema vegetal de "Sistemas Productivos Antropogénicos". Sin embargo, la realidad difiere de esta clasificación, ya que todavía existen remanentes en la zona que se asemejan a los Bosques Tropicales Siempre Verdes Estacionales.

Estos bosques están mayormente compuestos por especies arbóreas siempre verdes, pero se ven influenciados por la estación seca, lo que provoca la pérdida total o parcial de hojas en aproximadamente el 25-50% de las especies. Los estratos arbustivos y herbáceos también se ven afectados, con la muerte de algunos individuos. Estas diferencias están relacionadas con el drenaje del suelo y la altitud, abarcando desde las tierras bajas hasta las zonas altimontanas. A continuación, se describen los bosques remanentes de los diferentes ecosistemas presentes en el parque nacional Congolón.

Bosque Tropical Siempre Verde Estacional Aciculifoliado Montano Inferior

Los bosques ubicados en las localizaciones de pie de monte y laderas hasta una altitud de 1.400 m.s.n.m. en el parque nacional Congolón están influenciados por un clima tropical seco, con temperaturas medias anuales que varían de más de 24º C en las zonas más bajas a entre 18º C y 24º C en las zonas más elevadas. Las precipitaciones oscilan entre 1.000 y 2.000 mm, y se caracteriza por un periodo de sequía estival que dura aproximadamente tres meses, desde febrero hasta abril.

Los suelos en esta área son de baja fertilidad, ácidos a muy ácidos y muy lavados. Debido a estas condiciones, prevalecen estructuras vegetales con hojas adaptadas al período seco, ya sea en forma acicular o plana. Estas hojas suelen ser más gruesas y tienen una eficiente regulación estomática, con cutículas coriáceas y revestimientos o indumentos protectores como cera y pelos, que las ayudan a resistir la desecación. La corteza tiende a ser gruesa, e incluso resistente al fuego en el caso de los pinos. El sotobosque es escaso, en parte debido a causas naturales pero principalmente debido a causas antropogénicas como quemas periódicas o pastoreo. En algunos casos, se puede encontrar matorral medio o alto compuesto por especies del género Quercus acompañadas de helechos.

La comunidad vegetal más común en este tipo de bosques son los bosques marcescentes o semicaducifolios, que están principalmente representados por especies del género Quercus, Pinus y Liquidambar (Liquidambar styraciflua Linn). Sin embargo, actualmente estos territorios están experimentando diversos procesos de degradación o han sido ocupados por la ganadería o la agricultura migratoria. Debido a la extracción de leña, gran parte de estas áreas están dominadas por masas de pinos.

Bosque Tropical Siempre Verde Estacional Latifoliado Montano Superior.

En Honduras, se encuentra el ecosistema conocido como Bosque Nuboso o Nublado, ubicado en las zonas altas entre 1800 y 2300 msnm. Estas formaciones boscosas están presentes en todas las áreas designadas por el decreto 87/87. Este ecosistema es considerado de alto valor debido a que actúa como refugio para muchas especies amenazadas tanto a nivel nacional como mundial.

Las condiciones de precipitación y temperatura en esta área varían de manera significativa. A medida que se gana altitud, se producen cambios continuos y graduales en el clima. El clima es templado, con precipitaciones superiores a los 2000 mm, considerando tanto las precipitaciones verticales como las horizontales causadas por la condensación e intercepción del agua transportada por los vientos cargados de humedad.

Los bosques nubosos se caracterizan por la presencia de pequeñas gotas de agua que se condensan y se intercetan en las hojas, lo que les otorga su nombre distintivo. Las estructuras típicas de estos bosques son las laurisilvas, que consisten en bosques densos formados por árboles de diferentes familias con hojas lauroides, brillantes, más pequeñas y ligeramente coriáceas. Las epífitas, como las bromelias, los musgos y los líquenes, son muy abundantes, a veces cubriendo todas las superficies disponibles.

En estas áreas, se encuentran comunidades de gran valor estético y productoras de agua. Estas se sitúan por encima de los 2000 msnm y se caracterizan por la presencia de árboles con fustes retorcidos y una gran cantidad de lianas, musgos y líquenes. La descomposición de la materia orgánica es muy lenta en estas formaciones, lo que conduce a la acumulación de colchones de hojas y ramas en el suelo.

Sistemas Productivos Antropogénicos

Estos terrenos se caracterizan por la presencia de cultivos relativamente intensivos o permanentes, donde con frecuencia se encuentran especies nativas en los bordes o mezcladas que no han sido eliminadas del área. En el caso específico del parque nacional Congolón (PANACON), los cultivos agrícolas incluyen principalmente granos básicos para subsistencia, seguidos de hortalizas y cultivos de café, mientras que la ganadería se encuentra en menor proporción. Es importante destacar que en las cercanías de los cultivos se registran especies como Inga sp, Pinus maximinoii, Bursera simarouba, Cordia alliodora, Quercus sp, Liquidambar stiraciflua, entre otras.

En 1947, el científico estadounidense Leslie R. Holdridge propuso un sistema de clasificación de ecosistemas llamado "Sistema de Clasificación de Zonas de Vida del Mundo", inicialmente denominado como un sistema de clasificación de formaciones vegetales. Posteriormente, decidió cambiar el término "formación vegetal" por "zonas de vida", ya que el sistema también incluye la fauna. La clasificación se basa en tres variables: precipitación, temperatura y la relación entre la evapotranspiración potencial y la precipitación. Holdridge desarrolló un diagrama de clasificación de Zonas de Vida que utiliza estas tres variables, creando hexágonos que representan las diferentes zonas de vida.

En el PANACON, la clasificación de los ecosistemas vegetales, según Holdridge, incluye el Bosque Húmedo Montano Bajo, el Bosque Húmedo Subtropical y una pequeña área de Bosque Seco Tropical. Estas categorías representan los tipos de vegetación presentes en el parque nacional Congolón según el sistema de clasificación de Holdridge.

Bosque Húmedo Montano Bajo (bh-mb)

El Bosque Húmedo Montano Bajo (BH-MB) es una zona de vida caracterizada por la presencia de árboles, en algunos lugares dominados por el roble (Quercus sp.). En esta zona, la temperatura media anual es mayor a 12 ºC y la precipitación media anual oscila entre 1000 y 2000 mm. Se encuentra ubicado entre los 1800 y 2000 m de altitud. Aunque generalmente es una zona muy productiva, se ha producido la destrucción de los bosques protectores y las cuencas de los ríos presentan numerosos problemas durante la temporada seca.

Bosque Húmedo Subtropical (bh-st)

El bosque húmedo subtropical se caracteriza por la presencia dominante del bosque de ocote, Pinus oocarpa. En general, este tipo de vegetación forma masas puras, aunque en los límites con zonas más secas y/o cálidas puede haber una mezcla con especies de hoja ancha como el roble (Quercus peduncularis), encino (Q. oleoides), nance (Byrsonima crassifolia), chaparro (Curatella americana), quebracho (Lysiloma seemanni) y otras. También se produce un traslape de especies en la transición hacia zonas más húmedas y/o frías, como el pinabete (Pinus pseudostrobus), liquidámbar (Liquidambar styraciflua), álamo blanco (Clethra macrophylla), indio pelado (Arbutus xalapensis), san juan (Vochysia hondurensis) y tambor (Schizolobium parahybum).

A diferencia de los pinares en áreas más secas y/o cálidas, el bosque húmedo subtropical se caracteriza por su densidad y por la presencia de árboles de gran tamaño, que pueden alcanzar los 30 metros de altura en los mejores sitios. El epifitismo en los árboles es escaso en este tipo de bosque, a excepción de las áreas con alta humedad atmosférica, donde se pueden encontrar especies como la barba de viejo (Tillandsia usneoides), otras bromeliáceas y orquídeas.

En las áreas planas y bajas del bosque húmedo subtropical, la vegetación está compuesta principalmente por especies de hoja ancha, con posibles remanentes aislados del bosque primario, que pueden llegar a tener una altura de hasta 35 metros. Estas áreas también presentan un moderado epifitismo de bejucos, lianas, orquídeas y bromeliáceas. Algunas de las especies representativas incluyen el castaño (Sterculia apetala), ceiba (Ceiba pentandra), guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), guácimo (Luehea seemannii) e indio (Bursera simaruba). El palo pito o gualiqueme (Erythrina fusca) también se puede encontrar en asociaciones edáficas húmedas.

La biotemperatura media anual en el bosque húmedo subtropical es de aproximadamente 20.6 ºC. Según el promedio de precipitación anual y el diagrama de clasificación de Zonas de Vida de Holdridge, se determinó que la relación de evapotranspiración potencial para este ecosistema es de 0.50 a 1.0, lo que indica una provincia de humedad "húmedo".

Bosque Seco Tropical (b-St)

El bosque seco tropical es un ecosistema que se desarrolla en áreas donde hay un largo período de sequía que coincide con el invierno astronómico del hemisferio norte. Durante este período, las plantas experimentan escasez de agua y la mayoría de los árboles del dosel pierden su follaje. Sin embargo, durante los meses lluviosos del año, el follaje se regenera y el bosque adquiere un aspecto exuberante. Estos bosques crecen en áreas con una precipitación anual de menos de 1.600 mm y tienen una composición florística distintiva a nivel de familias.

La vegetación del bosque seco tropical se caracteriza por la falta de un dosel continuo, árboles de porte bajo y suelos propensos a la desnudez. Se encuentra en climas con una temperatura media anual entre 26°C y 28°C, y una pluviosidad anual de 600 a 700 mm. La adaptación al prolongado verano es una característica importante de las especies que conforman este ecosistema. La mayoría de los árboles pierden sus hojas durante el verano, y este período de defoliación puede durar hasta cinco o seis meses, incluyendo los meses de diciembre a marzo o abril.

La falta de información sobre este ecosistema es notable en la actualidad, especialmente en el caso de Honduras, donde el bosque seco tropical se encuentra principalmente en la zona sur, que es una área pobre y marginada. Los esfuerzos de investigación centrados en este ecosistema son limitados debido a la poca relevancia que se le ha dado. Los remanentes de bosque seco caducifolio en Honduras no superan los 10 hectáreas y en su mayoría son bosques secundarios. Estos remanentes han logrado sobrevivir debido a la poca accesibilidad en el pasado, lo que evitaba su uso para la agricultura. Sin embargo, el aumento de la población y la demanda de alimentos representan una amenaza para nuevas áreas de bosque en los valles interiores y en la zona sur de Honduras.

La falta de bosques secos primarios en Honduras es un indicador claro del deterioro de este ecosistema a lo largo de los años. Las condiciones de pobreza y el estado en el que se encuentra el bosque seco tropical han obligado a las personas a buscar nuevas formas de generar ingresos, como el turismo y la investigación.

Flora

En diciembre de 2015 se llevó a cabo un estudio sobre las comunidades y especies de flora. La investigación se basó en la metodología conocida como Evaluación Ecológica Rápida (EER), desarrollada por The Nature Conservancy en 1992. Para ello, se recopiló información secundaria y se realizaron estudios de campo utilizando imágenes satelitales, fotografías aéreas y hojas cartográficas, con el objetivo de identificar los límites del Área Protegida y las diferentes comunidades vegetales presentes en ella.

La investigación de campo se enfocó en la demarcación de 9 parcelas de observación de 50 x 20 m. En estas parcelas, se registraron las especies arbóreas con diámetros a nivel de pecho (DAP) mayores a 10 cm. La ubicación de estas parcelas puede visualizarse en el mapa de uso actual del suelo. Durante el estudio, se tomó en cuenta la especie y su abundancia absoluta, así como la estructura del bosque. La identificación de las especies se realizó en el mismo lugar de estudio.

Los datos recopilados en las parcelas de observación fueron analizados y resumidos utilizando diversos parámetros, como la abundancia absoluta, abundancia relativa, frecuencia absoluta, frecuencia relativa, dominancia absoluta, dominancia relativa y el índice de valor de importancia (IVI). Como resultado preliminar de esta evaluación, se identificaron un total de 296 especies de plantas vasculares, incluyendo árboles, arbustos, hierbas, epífitas, palmas, helechos, cactus y otras. Estas especies se distribuyen en 85 familias botánicas, destacando la familia Asteraceae con 27 especies y la familia Orchidaceae con 24 especies (ver diagnóstico biofísico).

El inventario se realizó en seis formaciones vegetales presentes en el área protegida, las cuales son: a) Bosque latifoliado, b) Bosque mixto, c) Bosque de coníferas, d) Guamiles/Matorrales, e) Agricultura/Pastizales, y f) Cafetales. En estas formaciones vegetales se identificó el uso de 19 especies, de las cuales 14 tienen propiedades medicinales, 6 son comestibles y 6 son utilizadas con fines industriales (ver Anexo 9). Con el fin de determinar la diversidad florística presente en el área del parque y el uso de algunas de las especies encontradas, se realizó una descripción florística detallada de cada una de las formaciones vegetales mencionadas anteriormente.

Fauna

La obtención de registros de la fauna presente en el PANACON se llevó a cabo mediante diversas metodologías, incluyendo giras de campo, instalación de cámaras trampa y la recopilación de aportes verbales de guías de campo y pobladores en las comunidades visitadas durante las giras. Esta investigación se centró en cinco grupos taxonómicos: Avifauna, Mastofauna, Herpetofauna (anfibios y reptiles) y Entomofauna (insectos). La metodología utilizada para determinar la composición de cada grupo varió, y se detallan a continuación.

Los resultados del monitoreo revelaron la recolección de registros de 5 órdenes y 14 familias, además de la observación de una cantidad significativa de mariposas que indicaban la presencia de hábitats abiertos y altamente perturbados. Se mencionaron al menos 75 especies de aves por parte de los guías y pobladores entrevistados en el área protegida. El grupo de trabajo logró observar 51 de estas especies, distribuidas en 6 órdenes y 15 familias. Las familias PARULIDAE y PICIDAE fueron las más representadas, con un total de 3 especies cada una. Por otro lado, las familias PICIDAE, COLUMBIDAE, TYRANNIDAE, CORVIDAE, EMBERIZIDAE, TURDIDAE, APODIDAE, CATHARTIDAE, CARDINALIDAE, ICTERIDAE, TROGLODYTIDAE, FRINGILLIDAE y THRAUPIDAE tuvieron una presencia más reducida, con una o dos especies cada una.

Dentro del bosque, se encontró el mayor número de especies ocupando los hábitats del Bosque Latifoliado Primario y/o Secundario (27 especies) y el Bosque Mixto (22 especies), seguidos por el bosque de coníferas (13 especies), los matorrales y las zonas agrícolas (12 especies). Además, se identificó que al menos 8 especies de aves utilizan la cobertura boscosa como refugio temporal durante sus migraciones.

En el parque se encuentran representadas al menos 13 especies de mamíferos, pertenecientes a 5 órdenes y 10 familias. Entre las especies reportadas, se menciona la presencia de la familia FELIDAE, de la cual se sabe que devoraron dos semovientes pertenecientes al Vice-Alcalde de San Andrés. Se cree que estos podrían ser un puma o un león de montaña. Además, los pobladores han avistado los tres felinos menores: el Tigrillo o Caucel (Felis wiedii), el Ocelote (Felis pardalis) y el Yaguarundi (Herpailurus yaguarondi). Estos felinos han sido responsables de la depredación de gallinas y otros animales domésticos en varias ocasiones.

Dentro de la familia SCIURIDAE, se han observado dos especies de ardillas: la Sciurus variegatoides en la comunidad de Azacualpa Montaña y la Sciurus deppei captada mediante cámaras trampa. Algunas personas que solían ser cazadores en la zona también mencionan haber cazado venado cola blanca (Odocoileus virginianus), perteneciente a la familia SERVIDAE, así como un tipo de chancho de monte: el Tayassu pecari de la familia TAYASSUIDAE, entre otras especies reportadas.

De todos los ambientes observados, los bosques latifoliados y mixtos albergan el mayor número de especies en el área protegida. La convivencia de estas especies en el parque se explica, en parte, por el aislamiento ecológico de la zona, que, a pesar de presentar fragmentaciones, no impide el intercambio de organismos. Esto depende de las características biológicas de los organismos que habitan los fragmentos. Otro factor importante es la variada composición vegetal espacial y altitudinal, que proporciona recursos significativos para el sustento de especies que requieren hábitats específicos, así como para aquellas con una distribución más amplia.

Se estima que al menos 14 especies de importancia para la conservación están presentes en el parque, de las cuales 7 podrían ser presa de los cazadores y utilizadas como alimento. Por otro lado, especies como el coral (Micrurus nigrocinctus) y otras serpientes venenosas, así como los felinos, son eliminadas para prevenir posibles accidentes y justificar la protección de los animales de granja, que se convierten en presas para los felinos debido a su desplazamiento de territorio y a la costumbre de cazarlos, además de obtener sus pieles.

En cuanto a los anfibios y reptiles, se registraron un total de 16 especies, pertenecientes a 12 familias. Estos animales son más difíciles de observar e incluyen sapos, ranas, pichetes y serpientes. Para más información, se puede consultar el diagnóstico biofísico del PANACON.

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Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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