Reserva Antropológica y Forestal Pech Montaña El carbón

La Reserva Antropológica y Forestal Pech Montaña El Carbón abarca tanto el municipio de San Esteban (65% de su extensión) como el de Dulce Nombre de Culmí (35% de su territorio). Esta reserva se encuentra ubicada en el departamento de Olancho y cuenta con un registro de aproximadamente 17 microcuencas.

 

Introducción

En esta región, se encuentra una abundante población de árboles de liquidámbar, de los cuales los habitantes locales extraen el preciado bálsamo de liquidámbar. Esta actividad productiva ha sido reconocida por las autoridades municipales como un patrimonio cultural de la localidad.

En esta área geográfica, se han identificado aproximadamente 50 comunidades que dependen del abastecimiento de unas 17 microcuencas de agua. De acuerdo con el Reglamento de la Ley Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre de 2010, en su artículo 324, la Reserva Antropológica se define como una categoría de áreas protegidas con el propósito de salvaguardar tanto los ecosistemas como las culturas de los pueblos indígenas.

Fundación

Finalmente, el 12 de septiembre de 2013, la comunidad pech se reunió en una asamblea nacional, convocada por la FETRIPH, y contando con la presencia de testigos notables como la Alcaldesa de Culmí, el Vice Ministro de la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes, representantes a nivel nacional y regional del ICF, el Párroco de Culmí y representantes de la cooperación internacional. En esta asamblea, se hizo un llamado al Congreso Nacional para que declarara la montaña El Carbón como Reserva Antropológica y Forestal Pech. Los testigos, que participaron al final de la asamblea, expresaron su respaldo a la voluntad de la comunidad pech, y la representante del ICF se comprometió a impulsar el proceso.

Como resultado de este proceso, se espera que el ICF presente al Congreso Nacional un proyecto de Decreto de declaratoria que incluya los objetivos, justificaciones, macrozonificación y un documento base de estudio socioantropológico y ecosistémico del área, con el fin de que sea estudiado y declarado como un área protegida.

Un pequeño problema, una gran solución

Honduras alberga todavía vastos bosques, que se encuentran en las regiones habitadas por las comunidades Miskitu, Tawahka y Pech. En las últimas cuatro décadas, se han establecido diversas áreas protegidas con el objetivo de preservar estos bosques. La persistencia de los bosques en el este de Honduras se debe al manejo sostenible llevado a cabo por las poblaciones indígenas locales.

Sin embargo, en la creación de estas áreas protegidas, las autoridades forestales involucraron a organizaciones no gubernamentales como socios, sin ningún vínculo con las comunidades indígenas, lo que resultó en su fracaso. En el año 2012, la Montaña El Carbón, que históricamente había sido el centro de producción de Liquidámbar por parte de los Pech, estuvo a punto de ser designada como Parque Nacional. Los Pech no solo habían sido excluidos de la gestión de esta área, sino que también habían perdido su derecho de uso sobre los árboles de Liquidámbar.

Ante esta situación, la Federación de Tribus y Pueblos Indígenas de Honduras (FETRIPH), en consulta con el pueblo Pech, solicitó la declaración de la zona como Reserva Antropológica y Forestal. De esta manera, los Pech, a través de la FETRIPH, se convirtieron en la primera comunidad indígena de Honduras en solicitar la protección de un área, aunque esta no estuviera completamente bajo su propiedad, permitiendo la coexistencia de comunidades mestizas.

La declaración de esta área marcó la creación de la primera Reserva Legal Indígena y el restablecimiento del derecho de los Pech a gestionar una parte de su territorio ancestral por parte del Estado.