Explorando el Parque Nacional Celaque: cumbre más alta y bosque nublado

El Parque Nacional Montaña de Celaque, también conocido como Biosfera Celaque, es una joya natural ubicada en el occidente de Honduras, entre los departamentos de Lempira, Copán y Ocotepeque, y a tan solo 9 km de la ciudad de Gracias. Creado en 1987 por decreto gubernamental #87‑87, protege una vasta área de aproximadamente 266 km².

 
 

Introducción

Esta zona montańosa constituye el punto más alto de Honduras: el Cerro Las Minas o Pico Celaque, con una altitud de cerca de 2 849 m sobre el nivel del mar. Su topografía escarpada, con pendientes de más de 60 °, y su singular biodiversidad, le valen el reconocimiento de la UNESCO como posible Patrimonio Mundial.

Explorando el Parque Nacional Celaque

 

El nombre “Celaque” (del lenca “celac”) significa “caja de agua”, y refleja el papel fundamental del parque como reserva hídrica: de él nacen alrededor de 11 ríos que abastecen a más de 120 comunidades, incluidos ríos como el Blanco, Grande, Mocal y Negro.

Geografía y orografía del parque

La geografía de Celaque está definida por un macizo de altísima pendiente, casi inaccesible, con terrenos que oscilan entre 975 m y más de 2 800 m de altitud. El núcleo protegido cubre unos 236,5 km², complementados con 118 km² de zona de amortiguamiento donde se restringe la construcción o extracción.

El cerro central, Las Minas, se rodea de otros picos que junto conforman una meseta corona desde la cual brotan decenas de ríos. Este relieve abrupto genera microclimas variados en su interior, posibilitando un mosaico de ecosistemas: desde bosques bajos hasta nieblas en las cumbres.

La red hidrográfica –incluyendo el río Cospa– es vital para el suministro de agua potable en la región, cimentando la importancia del parque para la sustentabilidad hídrica local. Además, su situación estratégica lo integra a la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Trifinio, que liga ecosistemas entre Honduras, Guatemala y El Salvador.

El bosque nublado: un ecosistema de niebla y vida

Celaque es un ejemplo típico de bosque nublado o mesófilo de montaña: los niveles superiores del parque captan la humedad de las nubes, creando un ambiente perennemente húmedo, fresco y cubierto de neblina.

En altitudes entre 1 500 y 2 500 m, los ‘elfin forests’ o bosques enanos surgen, poblados por musgos, líquenes, orquídeas y helechos gigantes. Este entorno permite la proliferación de epífitas y una vegetación densa con abundante biomasa muerta sobre los árboles.

A más de 2 500 m, la humedad alcanza hasta 2 400 mm/año, lo que mantiene líquenes y humedales forestales ricos en biodiversidad. Datos botánicos señalan al menos 17 especies de plantas endémicas, incluyendo Oreopanax lempiranus, Rondeletia evansii y Miconia celaquensis.

Esta vegetación no solo es un espectáculo visual; actúa como esponja hídrica, regulando el ciclo del agua, almacenando humedad y reduciendo la erosión, consolidando a Celaque como un regulador climático y guardián del agua regional.

Biodiversidad: fauna del parque y especies endémicas

Celaque es un refugio para una amplia variedad de fauna silvestre, incluyendo mamíferos como el venado cola blanca, ocelotes, pumas, jaguares y tayras; muchas de ellas en peligro o de presencia esporádica.

Las aves son protagonistas: tucanes, pericos, carpinteros y la emblemática especie en peligro, el quetzal resplandeciente, encuentran en el bosque nublado su hábitat ideal.

El parque alberga además anfibios y reptiles endémicos: la salamandra Bolitoglossa celaque, además de especies únicas de ranas (Leptodactylus silvanimbus, Craugastor anciano), musarañas (Cryptotis spp.) y el escarabajo Chrysina pastori.

Esta riqueza faunística hace de Celaque un laboratorio natural para estudios de comportamiento, conservación y ecología, y refuerza su importante papel como área protegida.

Senderismo y ecoturismo: rutas, experiencias y logística

El parque cuenta con más de 30 km de senderos señalizados, cinco de ellos destacados: La Ventana, Liquidámbar, El Gallo, Mirador de la Cascada y Camino al Cielo. La caminata más popular y exigente conduce al Cerro Las Minas: de 6 a 8 h de ascenso, a menudo en 2 días de travesía con campamento nocturno en sitios como Los Naranjos o El Quetzal.

El inicio suele darse desde el centro de visitantes, ubicado a 9 km de Gracias, en San Manuel de Colohete. Luego, los senderistas avanzan durante 5‑6 h hacia un campamento base, desde donde se alcanza la cima en 1‑2 h más. Se recomienda madrugar para llegar antes de las 8:00 am y disfrutar del “mar de nubes” al amanecer.

El ecoturismo en Celaque ofrece conexión con la naturaleza, avistamiento de aves y vida silvestre, inmersión en la cultura Lenca y una experiencia auténtica en un bosque nublado único. Se recomienda uso de guías certificados por MAPANCE y el ICF, y cargar ropa térmica y comida suficiente.

Las tarifas actuales son accesibles: entrada para nacionales ~40 L, extranjeros ~120 L, estudios ~25 L, y acampar cuesta ~100 L por noche.

Desafíos de conservación y amenazas

Pese a su protección legal, Celaque enfrenta amenazas: deforestación en zonas de amortiguamiento para agricultura y café, tala en núcleo por pobladores, apertura de rutas no autorizadas y caza furtiva, incluso del quetzal.

Los efectos incluyen erosión, pérdida de hábitat, fragmentación de ecosistemas y compromisos hídricos regionales. Asimismo, se registran pérdidas trágicas de visitantes desorientados, lo cual alerta sobre la necesidad de guías y señalización.

MAPANCE y el ICF monitorean el parque junto a comunidades locales. Iniciativas buscan educación ambiental, protección del bosque, reforestación y regulación del turismo como estrategia de conservación.

Conclusión

Explorar el Parque Nacional Celaque significa vivir una experiencia única en Honduras: subir a su techo, caminar entre nubes, explorar bosques milenarios y formar parte de un ecosistema vital. Su riqueza geográfica, biológica y cultural le confiere una importancia irreemplazable para el país.

Sin embargo, esa riqueza requiere cuidado activo para defender su bosque nublado, especies endémicas y comunidades. El ecoturismo y la investigación pueden ser rutas para su salvaguarda, siempre con sostenibilidad y respeto.

Así, Celaque no es solo una atracción turística, sino un legado ambiental y cultural que urge conservar. Quienes lo visitan no solo suben a una montaña, sino que se convierten en cuidadoras y guardianes de un verdadero “techo del agua” hondureño.

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Kilo tapias peralta Escobar

Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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