José Cecilio del Valle (Biografía)

José Cecilio Díaz del Valle vino al mundo en Choluteca el 22 de noviembre de 1777 y partió de este mundo en Guatemala el 2 de marzo de 1834. Este hondureño destacó como filósofo, político, abogado y periodista. Inició sus estudios en la Real y Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo, donde su curiosidad investigadora se sumergió en diversos campos del conocimiento. Su mente poderosa le permitió concretar contribuciones significativas en áreas como matemáticas, filosofía, geografía, historia, botánica, mineralogía y derecho.

 

Introducción

Valle se caracterizó por ser un individuo con ideas moderadas, manteniendo una firme creencia en el legítimo derecho de los pueblos a conquistar su libertad y en la necesidad de cambios sociopolíticos. Sin embargo, sostenía la convicción de que dichas transformaciones debían llevarse a cabo de manera gradual, como una suerte de evolución social.

 Jose Cecilio del Valle procer

 

Por consiguiente, cuando la región de Centroamérica se encontraba en la fase de proclamar su independencia, Valle consideraba que no era el momento oportuno para hacerlo. Condicionó su apoyo argumentando que era crucial escuchar primero la opinión de las provincias antes de tomar cualquier decisión.

Después de la adopción de la independencia, José Cecilio Díaz del Valle se convirtió en un ferviente defensor de la misma. Ante los intentos de algunos partidarios de un gobierno monárquico de anexar Centroamérica a México, Valle expresó su oposición a esta propuesta. A pesar de sus esfuerzos, los partidarios de la anexión prevalecieron, y Valle se vio obligado a luchar por la independencia de Centroamérica en México. En abril de 1823, presentó pruebas sólidas demostrando que la anexión carecía de bases jurídicas, legales o morales, solicitando al Congreso mexicano su nulidad.

Al regresar a Guatemala, Valle se postuló como candidato presidencial por el partido conservador, resultando elegido por el pueblo centroamericano. Sin embargo, este resultado desconcertó a los liberales que aspiraban a influir en el nuevo líder. Ante la imposibilidad de dominar a Valle, apelaron a manipular los resultados electorales con la colaboración de conservadores desleales al presidente electo. Como resultado, formaron una coalición que invalidó la votación popular y eligió al General Manuel José Arce como presidente de Centroamérica.

El legado de Valle quedó plasmado en una serie de artículos, discursos y proyectos donde identificaba los problemas que afectaban a la nación y proponía soluciones. Aunque era optimista respecto al potencial de Centroamérica, reconocía la necesidad de realizar grandes inversiones en educación e infraestructura, involucrando a todos los habitantes en el proyecto de nación. Lamentablemente, sus ideas no se llevaron a cabo debido a las dificultades políticas y económicas que enfrentó el país en sus primeros años de independencia, desembocando en la desintegración de Centroamérica.

Primeros años

José Cecilio Díaz del Valle vino al mundo el 22 de noviembre de 1777 en la villa de Jeréz de Choluteca, hoy parte de la República de Honduras. Sus progenitores, don José Antonio Díaz del Valle y doña Gertrudis Díaz del Valle, criollos acomodados y terratenientes dedicados a la agricultura y ganadería, le proporcionaron un entorno familiar propicio. En su árbol genealógico destacaban figuras como su bisabuelo, José Díaz del Valle, un próspero ganadero y alférez mayor de Choluteca, originario de Andalucía, cuyo escudo familiar llevaba la inscripción "El que más vale no vale tanto como vale Valle". Asimismo, su primo Dionisio de Herrera alcanzó la posición de jefe de Estado en Honduras (1824) y Nicaragua (1830).

Jose Cecilio del Valle

Con el anhelo de brindarle la mejor educación posible, los padres de José Cecilio se trasladaron a Nueva Guatemala en 1789, capital del Reino de Guatemala, donde la vida moral y literaria superaba con creces a la de Honduras. A pesar de la situación subdesarrollada de la enseñanza, José Cecilio inició sus estudios en la escuela de los hermanos betlemitas y luego en el Colegio Tridentino, donde se dedicó al aprendizaje del latín. Bajo la tutela de José Antonio de Liendo y Goicoechea, José del Valle exploró las ciencias y letras, adentrándose en el nuevo plan de estudios propuesto por figuras como Rayon, Villaurrutia, y Liendo y Goicoechea.

A los 12 años, ingresó a la Universidad de San Carlos, donde se especializó en Derecho Civil y Canónico, obteniendo su bachillerato en filosofía en 1794. Tras el fallecimiento de su madre en 1795, interrumpió temporalmente sus estudios. En 1803, se graduó como abogado y comenzó a ejercer su profesión. Continuó ampliando sus conocimientos en diversos campos como idiomas, derecho, economía, ciencias naturales, políticas, finanzas, historia, geografía y matemáticas. El 12 de octubre de 1812, contrajo matrimonio con Josefa Valero Morales, oriunda de Comayagua.

La segunda guerra mundial

Debido a su impecable conducta y sus profundos conocimientos en las leyes de Castilla e Indias, José Cecilio Díaz del Valle gozó de privilegios casi equiparables a los de los españoles, a pesar de ser un hijo de la nobleza nacido en América. Entre 1803 y 1821, desempeñó diversos cargos en el gobierno colonial. En mayo de 1805, fue designado Diputado Interino de la Comisión Gubernativa de Consolidación, Defensor de Obras Pías y Censor de "La Gaceta de Guatemala".

En febrero de 1806, asumió el rol de Asesor del Consulado de Guatemala. Al mes siguiente, fue nombrado Fiscal del Juzgado de los Reales Cuerpos de Artillería e Ingenieros del Reino, y en abril de 1808, se convirtió en Asesor de los Reales Cuerpos de Artillería e Ingenieros del Reino. Durante la conjura de Belén en 1813, Valle ocupó el cargo de Fiscal de los Reos del estado.

En marzo de 1820, cuando Fernando VII se vio obligado a restaurar la Constitución de 1812, se llevaron a cabo elecciones en Guatemala para elegir representantes legislativos y ejecutivos. En esta ocasión, Valle fue elegido Alcalde de la Ciudad de Guatemala a principios de 1821, ejerciendo este cargo hasta mayo de ese año, cuando fue designado Auditor de Guerra.

Papel en la independencia

Antecedentes

La figura de José Cecilio del Valle está estrechamente vinculada a los eventos que llevaron a la independencia de Centroamérica, demostrando habilidad para adaptarse a la transición política desde el período colonial hasta la era independiente. Inicialmente, de orientación moderada, Valle evolucionó de ser opositor a la independencia a convertirse en un ferviente defensor una vez que esta fue adoptada.

Durante los primeros momentos de la Independencia, José del Valle era una figura madura. Los sucesos desencadenados por la invasión francesa a España en 1808, que generó un caos político en la península ibérica, condujeron a los españoles a rebelarse contra el invasor y promulgar la Constitución de Cádiz en 1812. Esta constitución introdujo cambios significativos, como el sufragio universal, la soberanía nacional, la separación de poderes, la libertad de prensa, la distribución de tierras y la libertad de industria, entre otros. Estos cambios resonaron en Centroamérica, con Florencio del Castillo liderando las Cortes.

Los liberales centroamericanos abrazaron con entusiasmo estos cambios y comenzaron a promover la idea de la independencia, encontrando resistencia por parte del régimen colonial. Los primeros actos de insurrección se llevaron a cabo en San Salvador y Nicaragua en 1811, siendo brutalmente reprimidos por el capitán general José de Bustamante y Guerra. En noviembre de 1812, se realizaron las primeras elecciones para ayuntamientos y diputaciones en Centroamérica, mientras los liberales intentaban establecer instituciones democráticas a pesar de la oposición de Bustamante, fuerte detractor de la Constitución de Cádiz.

Ante la posibilidad de una revuelta en el Reino de Guatemala, Valle, con su experiencia en la administración pública durante el periodo colonial, consideró prudente implementar mejoras antes de proclamar la independencia. Su conocimiento de las "debilidades" de Centroamérica, adquirido a lo largo de su extensa carrera (1803-1821), pudo haber suscitado dudas en Valle sobre la capacidad de la región para ejercer su autonomía como nación.

Actitud de Valle

En 1813, se desencadenó la Conjuración de Belén, la cual no logró alcanzar sus objetivos. En este contexto, José Cecilio del Valle no solo se mantuvo activo, sino que también recibió nuevas muestras de reconocimiento al ser designado como Auditor de Guerra del ejército y Provincia de Guatemala.

La postura de Valle durante estos eventos llevó a que sus opositores le consideraran contrario a la independencia. Según escritores como Ramón Rosa, Valle era visto como un empleado "sumiso" del gobierno colonial, explicando su comportamiento en aquel entonces debido a su educación y a las consideraciones y honores que había recibido bajo ese régimen.

Para ellos, Valle podría haber sentido un compromiso indeclinable debido a la confianza obtenida. Sin embargo, historiadores y su adversario político, Pedro Molina, argumentan que Valle, siendo un ferviente partidario de la independencia como "buen americano", optó por ser prudente y ocultar sus verdaderas inclinaciones.

Además, los escritos de Valle revelan su creencia constante en el derecho de las naciones a obtener su libertad y su convicción de que era imposible que un pueblo permaneciera gobernado por una autoridad distante. A pesar de estos principios, Valle consideró que no era el momento oportuno para proclamar la independencia, condicionándola bajo la premisa de que se debía escuchar el voto de todas las provincias antes de tomar una decisión final.

La independencia

En 1818, José de Bustamante dejó el poder y fue reemplazado por Carlos Urrutia, un hombre de carácter débil que proporcionó un respiro a los independentistas. Durante su mandato, los partidarios de la independencia ganaron terreno, pero su impulso fue más pronunciado en 1820 cuando el rey de España, Fernando VII, se vio obligado a restablecer la Constitución de 1812. Esto llevó a la declaración de la libertad de imprenta en Centroamérica. Pedro Molina Mazariegos, doctor e independentista, aprovechó esta oportunidad para fundar "El Editor Constitucional", un periódico que promovía la independencia. En respuesta, José Cecilio del Valle fundó "El Amigo de la Patria", un periódico donde cuestionaba las ideas políticas de Molina.

Molina representaba el radicalismo, mientras que Valle encarnaba la moderación. Estas diferencias dieron lugar al surgimiento de dos partidos políticos: Los Gazistas, liderados por Valle, y los Cacos, encabezados por Pedro Molina. Ambos compitieron en las elecciones para diputados a cortes, resultando en la victoria del partido de Valle. Sin embargo, los Cacos lograron un triunfo al destituir a Urrutia y colocar en su lugar a Gabino Gaínza, subinspector del ejército, el 9 de marzo de 1821. Gaínza, un hombre de edad avanzada y carácter débil y voluble, asumió el cargo.

En México, la revolución logró un completo triunfo y declaró su independencia total de España el 24 de febrero de 1821 mediante el Plan de Iguala. Este evento avivó el deseo de los liberales guatemaltecos, y con la disposición de Gaínza a sus peticiones, convocó a una junta para decidir el rumbo político del país. Ramón Rosa relata este momento crucial de la Independencia de la siguiente manera:

Los independientes guatemaltecos... apremiaron a Gainza con sus instancias y representaciones, halagando, a la vez, su vanidad e intereses, haciéndole comprender que el seria el Gefe de la nueva nación. Gainza, cediendo a la necesidad y a la conveniencia, a los grandes y diversos estímulos que lo impulsaban, para salvar su responsabilidad, sin contrariar las corrientes de la opinión, y sujetándose al voto de la Diputación provincial, convocó una Junta General de los empleados y corporaciones de Guatemala para que dictase las medidas convenientes sobre el capitalisimo asunto de la independencia. La Junta se reunió el día 15 de Setiembre de 1821, en el palacio de Gobierno. Valle tomo la palabra, y en un elocuentísimo discurso, demostró la necesidad y la justicia de la independencia, pero manifestando que, para proclamarla debía oírse el voto de la Provincias. Las luminosas ideas de Valle fueron acogidas con aplauso; mas su parecer, en orden al aplazamiento, no fue adoptado. La mayoría de la Junta, estimulada por las entusiastas e impetuosas manifestaciones del pueblo, reunido en masa, acordó se proclamase en el acto la Independencia de Centro-América. La Diputación provincial y el Ayuntamiento de Guatemala, órganos legítimos de la voluntad del pueblo, acordaron los puntos del Acta que debía celebrarse y Valle redactó aquel memorable documento. Valle también redactó el Manifiesto que publicó el Capitán General Gainza sobre el gran suceso de la independencia.

Junta Consultiva Provisional

En retrospectiva, el tiempo parece haber respaldado la perspectiva de José Cecilio del Valle, ya que Centroamérica demostró no estar preparada para gobernarse de manera autónoma. El caos que siguió a la adopción de la independencia fue evidencia de ello. Las provincias centroamericanas se encontraban en una situación económica calamitosa al asumir su nuevo estado jurídico independiente. Sin ingresos en las arcas nacionales, el gobierno se vio obligado a recurrir a préstamos para cubrir sus gastos ordinarios. La declaración de libre comercio tuvo consecuencias contraproducentes, ya que comenzaron a salir del país cargamentos de monedas y oro pertenecientes a los españoles que huían debido a la incertidumbre del nuevo gobierno, desestabilizando la situación monetaria y volviéndola más precaria.

A pesar de estos desafíos, Valle dejó atrás su conexión con el imperio español. Representando a Comayagua, formó parte de la Junta Provisional Consultiva junto a destacados líderes como Gaínza, Aycinena y Piñol, Larreynaga, Valdes, Candina, Alvarado y Robles. Juntos suprimieron el Gobierno de España, conservando la estructura gubernativa de la colonia y manteniendo temporalmente las leyes y autoridades españolas. Establecieron que las provincias eligieran representantes para formar el congreso, que se reuniría en marzo de 1822 para ratificar la independencia, conformar la constitución y establecer las bases del nuevo gobierno. Durante este proceso, Valle actuó con gran prudencia y sentido político, reconociendo la importancia y peligrosidad de la independencia y abogando por una "transición conciliatoria, una verdadera evolución social".

Valle asumió la responsabilidad de la formación de un plan administrativo, proponiendo comisiones en áreas clave como seguridad y defensa, instrucción pública, estadísticas, agricultura, comercio y hacienda pública. Se encargó personalmente del ramo de rentas, considerándolo la "columna de bronce" que sostenía la independencia. Trabajó incansablemente en la formación del nuevo gobierno, con la visión de una "evolución política gradual y prudente que permitiera la consolidación de instituciones liberales en Centroamérica".

Sin embargo, los liberales rompieron la cooperación existente al solicitar cambios en el Acta de Independencia y participar activamente en el gobierno. Este desacuerdo llevó al surgimiento de dos partidos políticos: conservadores y liberales, cuya incapacidad para colaborar en beneficio de la nación generó un marcado divisionismo político. Los conservadores buscaban mantener privilegios obtenidos durante el gobierno español, mientras que los liberales buscaban imponer sus ideas a cualquier costo. Este divisionismo, junto con la fragilidad institucional, condujo a que el destino de Centroamérica estuviera estrechamente vinculado a los acontecimientos en México.

Sus últimos días

La Concepción

José Cecilio del Valle, acostumbrado a pasar tiempo con su familia en su hacienda "La Concepción," ubicada a 18 leguas de Guatemala, gozaba de buena salud hasta fines de diciembre de 1833. Sin embargo, el 1 de febrero de 1834, comenzó a experimentar diversos malestares físicos, aunque inicialmente no eran alarmantes.

Estos síntomas persistieron durante varios días hasta el 22 del mismo mes, cuando a las 5 de la tarde fue repentinamente atacado por una fuerte fatiga acompañada de un hervor en el pecho, un mal del cual nunca había padecido y que revestía un carácter grave, ya que casi le dificultaba la respiración y podría haber provocado una asfixia. A pesar de los cuidados diligentes de la familia, Valle experimentó cierto alivio, pero la enfermedad continuaba.

El 1 de marzo, la familia partió de la hacienda llevando al enfermo en una camilla hacia la capital. Durante la mañana del mismo día, el enfermo experimentó un ligero alivio, pero inesperadamente, durante la noche, su mal se agravó manifestándose especialmente a través de un prolongado delirio. Después del delirio, llegó una ligera calma, pero en la madrugada, el enfermo sufrió otro ataque de fatiga, llegando al punto de asfixia.

Con redoblados esfuerzos, la familia logró calmarlo y continuaron su marcha hacia la hacienda "Corral de Piedra," que se encontraba a 12 leguas de la capital de Guatemala. Sin embargo, a media jornada, alrededor de las 10 de la mañana del domingo 2 de marzo, en medio de una de las llanuras del camino, la camilla se detuvo: José Cecilio del Valle estaba falleciendo; la enfermedad le estaba propinando su último golpe.

Muerte

El 2 de marzo de 1834, en un camino desolado, árido e inhóspito, donde se alzaban grandes nubes de polvo y el sol abrasaba con sus rayos a los caminantes, Don José Cecilio del Valle falleció. Rodeado únicamente por su familia y los arrieros, el enfermo tuvo tiempo de solicitar los auxilios del confesor. Dirigiéndose a su Capellán, entre otras palabras, expresó: "Padre, reconozco que ya estoy en el último periodo de existencia y necesito los auxilios espirituales para devolver mi alma al Creador que me la dio."

El cuadro clínico presentado por Don José del Valle antes de su muerte corresponde a un infarto del miocardio, complicado por insuficiencia cardíaca izquierda en su forma más grave, conocida como edema agudo del pulmón. Esta entidad clínica se manifiesta con factores predisponentes que estaban presentes en este caso, como la personalidad tipo A, la tensión emocional y ansiedad, así como el sedentarismo. Todos estos elementos son indicativos de la enfermedad coronaria que concluyó con la vida del Sabio Valle a una edad relativamente temprana.

Repercusiones

La muerte de José del Valle, considerado "el más grande pensador y erudito nacido en Centroamérica hasta la fecha", fue un impactante suceso político. A pesar de haber sido elegido Presidente de Centroamérica y obtener la mayoría de los votos, su destino se vio truncado, ya que falleció antes de que se abrieran los pliegos electorales.

En las efemérides, Marure dedica un párrafo a Valle, destacando su pérdida para Centroamérica: "Con la muerte del licenciado José del Valle, Centroamérica perdió a uno de sus más distinguidos hijos. Conocido desde la época del Gobierno español por sus grandes talentos y extraordinario conocimiento; tras la proclamación de la Independencia, fue elevado a los más altos cargos de la incipiente República... al año siguiente, participó en las Cortes de México, donde defendió victoriosamente los derechos de su patria y destacó por su elocuencia y laboriosidad."

Valle contó con la amistad de destacadas personalidades europeas como Jeremy Bentham, y la Academia de Ciencias de París lo incluyó en su lista de miembros. La memoria de este ilustre centroamericano fue debidamente honrada por sus compatriotas. La Asamblea de Guatemala decidió, el 13 de marzo del mismo año de su fallecimiento, colocar su retrato en el salón de sesiones y ordenó que todos los funcionarios públicos vistieran luto durante tres días. Posteriormente, el 9 de abril, la Asamblea de El Salvador decretó honores fúnebres similares en memoria de Valle.

Legado

José Cecilio del Valle es reconocido por muchos historiadores como uno de los padres del Panamericanismo, junto a Francisco de Miranda y Simón Bolívar. Mientras que Valle fue el primero en diseñar un plan específico para la unidad de América Latina, fundado en la igualdad de los estados, la justicia, la paz internacional y la solidaridad entre los pueblos, Simón Bolívar fue el primero en poner en práctica esta idea.

En 1815, Bolívar expresó sus pretensiones de formar una sola nación en el Mundo Nuevo, con un solo gobierno que confederara sus diferentes estados. Durante la lucha emancipadora de América, otros líderes como Miranda, Sucre, Morelos, San Martín, O'Higgins y Morazán expresaron ideas similares en diversas épocas. Sin embargo, la concepción de José Cecilio del Valle sobre la unión americana y su confederación se destacó por ser más pragmática, sistemática y objetiva, con fundamentos concretos y avanzados.

Valle publicó en su periódico 'El Amigo de la Patria' un artículo el 1 de marzo de 1822, titulado "Soñaba el abad de San Pedro y yo también se soñar". En este artículo, expresó su deseo de formar un Congreso general en la provincia de Costa Rica o de León (Nicaragua), más respetable que el de Viena, y más interesante que las dietas donde se combinan los intereses de los funcionarios y no los derechos de los pueblos.

El congreso americano integracionista propuesto por Valle tendría como objetivos primordiales evitar que ninguna provincia de América fuera presa de invasores externos o víctima de divisiones intestinas y fomentar el desarrollo económico de todas las regiones americanas. Para lograr esto, proponía la formación de un tratado general de comercio entre todos los estados de América.

En 1823, Bernardo Monteagudo, representante de Simón Bolívar, estuvo en Guatemala, leyó los escritos de José del Valle y expresó el interés del libertador por imprimir su artículo sobre la federación americana, considerándolo uno de los más fuertes defensores de la libertad en el nuevo mundo.

En junio de 1826, se llevó a cabo en la Ciudad de Panamá el Congreso Anfictiónico convocado por Bolívar. Valle contribuyó con sus ideas al establecimiento de principios jurídicos que son factores de las relaciones y la convivencia interamericana, lo cual constituye uno de sus principales logros.

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Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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