Municipio San Jerónimo, en el Departamento de Comayagua
San Jerónimo, también conocido históricamente como San Jerónimo del Espino, es un municipio ubicado en el corazón de Honduras, dentro del departamento de Comayagua. Este encantador lugar destaca por su rica tradición cultural, paisajes montañosos y una economía centrada en la agricultura y la ganadería.
Indice de Contenido
Introducción
Con una extensión de alrededor de 227,7 km², San Jerónimo posee una población estimada en más de 21 000 habitantes, combinando la vida rural con una pequeña población urbana. La altitud promedio es de aproximadamente 468–486 m s. n. m., lo que influye directamente en su clima y biodiversidad.
Desde el punto de vista histórico, el municipio se consolidó en el siglo XIX, cuando se comenzaron a establecer estructuras de gobierno local y se adquirieron tierras para el asentamiento formal de la comunidad. Hoy, San Jerónimo es una comunidad vibrante, con fuertes lazos entre sus aldeas y una identidad local bien arraigada.
La geografía del lugar está marcada por la presencia de colinas, montañas, valles y fuentes de agua, lo que genera una diversidad de paisajes y recursos naturales que definen su carácter territorial.
Finalmente, la vida cotidiana de sus habitantes gira en torno a actividades agrícolas, tradiciones gastronómicas, y una interacción constante con su ambiente natural. Todo ello hace de San Jerónimo un municipio con gran potencial turístico, cultural y social dentro de la región de Comayagua.
Historia / Datos históricos relevantes
San Jerónimo tuvo su origen como San Jerónimo del Espino, nombre que mantenía antes de su fundación formal. Entre 1827 y 1830, se establecieron los primeros pobladores junto al río Churune y el río Humuya, formando una pequeña comunidad. Se considera que el municipio fue oficialmente fundado en 1830, cuando pasa a llamarse San Jerónimo del Espino.
Posteriormente, en 1878, con el aumento de población, comenzó a operar la alcaldía municipal —su primer alcalde fue Félix Dubón Calderón—, quien también favoreció a agricultores sin tierra con la entrega de parcelas para cultivo.
El 1 de julio de 1892, bajo la presidencia de Ponciano Leiva, el municipio recibió un terreno de carácter ejidal. Más adelante, en 1906, adoptó definitivamente el nombre de San Jerónimo, y en 1911, la corporación municipal adquirió más de 35½ caballerías para consolidar sus aldeas y caseríos, incluyendo Ocotes Caídos, Plan de Leones y Las Crucitas.
Ubicación y Coordenadas
San Jerónimo se encuentra en el Departamento de Comayagua, limitando al norte con La Libertad, al sur con Comayagua (ciudad y municipio), al este con Esquías, y al oeste con La Trinidad y El Rosario. La ubicación destaca por su posición central en Honduras, lo que facilita tanto el acceso a la ciudad de Comayagua como a otras regiones vecinas.
Las coordenadas geográficas del municipio son 14°37′36″ N, 87°36′27″ O (aproximadamente 14.6268° N, –87.6075° O).
Actividad económica e Infraestructura
La economía de San Jerónimo se basa principalmente en la agricultura y la ganadería. En las zonas rurales, un elevado porcentaje de tierra se destina a cultivos anuales, destacando productos como granos básicos, aguacate, mango, frijol, maíz y café. La ganadería también es significativa, complementando la subsistencia y el comercio local.
En cuanto al comercio, el municipio cuenta con alrededor de 25 tiendas o pulperías, ferreterías, tiendas de ropa y calzado, una gasolinera con tienda mixta, tres restaurantes y pequeños negocios de venta de golosinas. Esto muestra una economía local activa, aunque modesta, que satisface las necesidades básicas de la población.
La infraestructura municipal incluye instituciones públicas como la alcaldía, juzgado de paz y el Registro Nacional de las Personas. Además, existen centros educativos desde nivel preprimario hasta medio, y un centro de salud público con atención básica.
Por su parte, el Parque Nacional Montaña de Comayagua (PANACOMA), una importante área protegida accesible desde el municipio, ofrece oportunidades para el turismo ecológico mediante senderos, cascadas y lagunas. Aunque el camino requiere de vehículo de doble tracción, representa una fuente potencial de infraestructura turística en desarrollo.
Clima
El clima de San Jerónimo se caracteriza por veranos cálidos, con temperaturas que alcanzan hasta los 35 °C, y épocas frías durante las cuales las temperaturas pueden descender hasta 18 °C, especialmente en zonas de montañas. Según datos climáticos, la temperatura promedio oscila entre 18 °C y 34 °C, rara vez baja de 15 °C o supera los 37 °C.
La temporada lluviosa se extiende entre mayo y octubre, siendo septiembre el mes con mayor precipitación —hasta 114 mm— y mayor cantidad de días lluviosos (unos 14-15 días). La época más seca ocurre entre finales de octubre y marzo, con marzo como el mes con menos lluvia (aprox. 9 mm y menos de 2 días de lluvia).
Durante la temporada seca el cielo suele estar mayormente despejado, mientras que la lluviosa se presenta nublado y húmedo, lo que contribuye a mantener la humedad del suelo. En general, el clima favorece la producción agrícola y la diversidad ecológica del entorno.
Gastronomía
La información específica sobre la gastronomía local de San Jerónimo no aparece detallada en las fuentes consultadas. Sin embargo, es posible inferir que los platos tradicionales hondureños, adaptados a los productos locales como maíz, frijol, aguacate, mango y carnes de ganado, prevalecen en la dieta comunitaria.
Platos como la sopa de mondongo, baleadas, tamales y guisos con maíz y frijol son comunes en la región central de Honduras. También es relevante el uso de frutas tropicales como mango y nance en postres, atol o bebidas caseras. La ganadería permite el consumo de carne de res fresca en asados o guisos.
Asimismo, en festividades locales es probable que se prepare comida casera con influencias mestizas, fusionando sabores indígenas y españoles: tortillas, ensaladas tropicales, y platos cocinados al fogón o leña. Estos elementos conforman un perfil gastronómico culturalmente rico y alineado con la identidad rural hondureña.
Relieve, Geografía y Orografía
San Jerónimo posee un relieve irregular con presencia de montañas, cerros y valles que le otorgan una topografía diversa y accidentada. La cordillera de Montecillos atraviesa el municipio, alcanzando alturas de hasta 2 407 m.
Entre las elevaciones destacan la Montaña Panacoma (Montaña de Comayagua), La Choca, y cerros como Peladientes y Mico Quemado. También se encuentran valles como El Espino y el valle de Comayagua, que albergó antiguas aldeas y zonas agrícolas.
Los accidentes orográficos influyen considerablemente en el clima local, generando microclimas, áreas de mayor humedad y zonas aptas para ciertos cultivos (como café y frutales) o para desarrollos ecoturísticos.
Hidrografía
La hidrografía de San Jerónimo incluye una variedad importante de cuerpos de agua: ríos, quebradas, manantiales, riachuelos, laguna y arroyos. Entre los ríos más relevantes se encuentran el Churune, Cacahuapa, Grande, Castilla, Rancho y Humuya.
En Las Crucitas se ubica una laguna significativa, y los manantiales como Ojo de Agua, Montaña de Comayagua y La Ceibita son fuentes hídricas locales importantes. Además, existen numerosas quebradas (como El Muerto, La Quebradota, Zarca, Las Dantas, Las Cañas, entre otras), riachuelos (Capulina, Cangos) y arroyos (Chorros Jamalteca, Wanchias, La Cuchilla) que alimentan el ecosistema.
Esta red hídrica es crucial para la agricultura, abastecimiento doméstico y la biodiversidad, además de ofrecer escenarios naturales atractivos para turismo y conservación.
Flora y Fauna
La flora de San Jerónimo es notablemente diversa. En zonas montañosas se encuentran especies como almendro, mango, guanacaste, roble, nance, aguacate, picus, liquidámbar, eucalipto, indio desnudo, caoba y pino.
No se han encontrado referencias específicas sobre la fauna, pero dada la variedad vegetal y los ecosistemas presentes (montañas, bosques, ríos), es razonable suponer la existencia de mamíferos pequeños, aves, insectos y reptiles típicos de la región central hondureña, aunque haría falta información más detallada y estudios de biodiversidad para precisar especies.
El entorno natural favorece la conservación de bosques secundarios y áreas de vegetación característica de montaña, lo cual puede impulsar actividades de ecoturismo y educación ambiental.