Parque La Leona

Este lugar de entretenimiento, oficialmente denominado Parque Manuel Bonilla, se erigió a finales del siglo XIX. En sus jardines se encuentra una estatua en honor al general Bonilla; no obstante, persiste en la actualidad bajo el reconocido nombre de La Leona.

 
 

Introducción

Situada a tan solo unos minutos, el acceso es sencillo conduciendo por las vías al norte del centro de la ciudad. Para llegar, simplemente dirígete desde el Barrio Abajo de la capital y sigue la cuesta Lempira. Luego, asciende por callejones que te llevarán al destino en cuestión de segundos.

Parque La Leona

 

En la capital, Tegucigalpa, se encuentra un parque sumamente apreciado por los habitantes locales, altamente frecuentado por los turistas y distinguido como el único que brinda una vista panorámica incomparable de la ciudad. Este es el conocido Parque La Leona, que destaca como uno de los pocos espacios que aún conserva su vitalidad.

Dentro de los parques históricos de Tegucigalpa, destaca como uno de los favoritos La Leona, un espacio construido a principios del siglo XX que mantiene el encanto con el que fue originalmente concebido. Este parque ofrece amenidades como una cancha de baloncesto, un sendero perimetral y otros caminos que lo cruzan en diferentes direcciones. Quizás lo más destacado de este lugar sea la impresionante vista panorámica que proporciona, lo que ha llevado a que muchos lo reconozcan como el Mirador de la Leona.

Origen del Nombre

Numerosas leyendas rodean el origen del área en Tegucigalpa conocida como "La Leona". Su denominación se remonta a la historia de un felino hembra que, al caer la tarde, descendía de las frondosas regiones de Sapusuca en busca de presas en los rebaños de chivos que pastaban en lo que hoy conocemos como El Bosque.

La protagonista de esta leyenda, ya sea una leona o jaguar, una vez se acercó al lugar donde una mujer había dejado a su hija de apenas unos meses mientras ella se ocupaba de las tareas agrícolas. Al regresar para recuperar a su pequeña, la madre se encontró con el feroz animal descansando al lado de la niña, como si la estuviera custodiando. Esta situación generó pavor en la angustiada madre, quien al gritar ahuyentó al peligroso animal, el cual se retiró del lugar para perderse entre las sombras de los árboles.

La narrativa ganó popularidad en la Villa de San Miguel, y aquellos que laboraban en las galerías de las minas explotadas en la región, ahora conocida como El Edén, afirmaban avistar con regularidad a la leona deambulando por las elevadas colinas de Tegucigalpa. Desde entonces, el lugar adoptó el nombre de "La Leona". Con el crecimiento de la ciudad y la expansión de la población más allá de La Ronda, la zona residencial resultante se denominó simplemente Barrio La Leona.

Antecedentes

En el año 1840, la prominencia en la estribación de El Picacho ya era reconocida como La Leona. Este espacio estaba entrecruzado por veredas utilizadas por los mineros para llevar mulas a las bocaminas de El Edén. Se transformó en un mirador de la ciudad, y en una pequeña meseta se erigió una espaciosa champa o quiosco que servía a los vecinos que acudían los domingos para pasear y disfrutar de la vista panorámica que ofrecía el Mirador de La Leona.

Con el tiempo, la plataforma panorámica y la zona fresca, una vez superado el temor asociado a la leona, se convirtieron en el lugar de construcción de las primeras residencias de personas acomodadas. La municipalidad otorgó terrenos a familias interesadas en poblar la región, conectándola con La Ronda y La Pedrera.

Las imponentes residencias fueron edificadas por el inmigrante alemán Gustavo Walther, y aún hoy se conservan con grandes arcos que facilitaban el acceso a la zona de La Alhambra, donde construyó, a principios del siglo pasado, la primera Escuela Normal de Varones durante el gobierno del general Manuel Bonilla. G. Walther también erigió una clínica hospital en ese sector y demostró ser un ferviente partícipe de la obra, contribuyendo financieramente y cediendo el terreno para la misma.

Entre 1910 y 1930, Tegucigalpa experimentó una serie de transformaciones significativas, y durante la administración del Presidente López Gutiérrez, se dio inicio a la construcción del Parque La Leona, supervisada por el arquitecto Augusto Bressani. Para llevar a cabo estos trabajos, se erigió un imponente muro de piedra alrededor del saliente, destinado a prevenir la erosión del suelo durante las temporadas de lluvias.

La altura de este muro separaba el mirador de la serpenteante calle empedrada que ascendía desde La Pedrera, lo que motivó la instalación de elegantes gradas de hierro con motivos de estilo francés, en armonía con los faroles dispuestos en el parque.

El parque fue inaugurado por el gobierno en 1925, destacando en su centro la estatua en bronce del general Manuel Bonilla, expresidente de la república fallecido doce años antes. Desde ese momento, el Parque La Leona se convirtió en uno de los lugares más visitados de la capital. El barrio creció bajo su influencia, y frente a él se instaló la planta eléctrica que abastecía de energía a la ciudad. Se empezaron a construir residencias, y desde los barandales del parque, los fotógrafos capturaban vistas únicas de la ciudad desde diferentes ángulos.

Este rincón apacible, con una vista espectacular de gran parte de Tegucigalpa y Comayagüela, goza de un clima fresco debido a su altitud. Restaurado en 2004, "La Leona" perdura como uno de los rincones más encantadores de la capital.

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Kilo tapias peralta Escobar

Soy el fundador de Corporación KRONOZ, divulgador de ciencia, amante de la naturaleza, y fiel creyente del error y superación del ser humano, “El tiempo es solo una mera ilusión, el pasado, el presente y el futuro, existen simultáneamente, como parte de un rompecabezas, sin principio ni final”.

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